Resumen actos celebrados por el Día Contra la Violencia Machista

Semana intensa y emotiva, con diferentes actos de sensibilización sobre la violencia machista.

El lunes 22 tuvimos la presentación de mi novela «Yo, tú… él» dentro del acto contra la violencia machista en el Centro de la Mujer «Nueva aventura». Dentro de dicho acto estrenamos el tema «No es amor», cantado magistralmente por Macarena Vera como puede escucharse a continuación. La versión de audio y de vídeo fue la interpretada en la residencia Santa María el mismo jueves 25 con el que suscribe a los coros (estropeando un poco el asunto, espero que sepáis disculparme). La letra de la canción se encuentra al final de esta entrada.

Tras la nutrida manifestación del 25N, poco después de llegar a la puerta del Ayuntamiento, interpretamos nuevamente el tema, esta vez en un dueto con May Muñoz, la responsable de coros y bajista del grupo, que es increíble su facilidad para sacar las segundas voces. La versión que puedo subir es la que grabamos durante un ensayo, al no existir vídeo de ese momento. Comparto también tras el audio, algunas imágenes del acto reivindicativo organizado por la Plataforma Cordobesa contra la Violencia a las Mujeres, a quien no me cansaré de agradecer que pensaran en mí, un varón blanco cargado de privilegios, para tocar en los momentos finales.

NO ES AMOR

No es amor

«déjame que te ayude»,

como si por costumbre

fuera a hacerte un favor.

No es amor

que te cambies la falda

por alguna más larga,

«que te queda mejor».

No es amor

percibir que te mira

y evitar tu sonrisa

previniendo un follón.

No es amor

revisar siempre el WhatsApp

por si acaso te manda:

«tardas mucho, bombón».

El amor

es llegar tarde a casa

y que no pase nada

ni haya investigación

de por dónde

o con quién has estado

como si un cuestionario

le otorgara razón.

No es amor

prescindir de pintarte,

«que las putas lo hacen»,

y le pidas perdón.

No es amor

si se plasma en los celos,

justo son el reflejo

de la falta de amor.

No es amor

el que jodas sin ganas,

o tragar la mamada

por consideración.

No es amor

que te trate de reina

y después no te muevas

de tu ilustre sillón.

El amor

es sentir que eres libre

y aun sin serlo, sentirte,

pues no existe temor

a la hostia,

al abuso, al mutismo

como si tu destino

fuera su decisión.

No es amor

lo que te sepa a mierda

y te enferme de veras;

eso no, no es amor.

Eso no, no es amor.

22N: Acto por el Día contra la Violencia Machista

Aunque lleva uno sin demasiadas ganas de muchas cosas (creo que, en parte, debido a las consecuencias mentales de la pandemia a largo plazo después de meses y meses de estrés por mi puesto de trabajo) y con el blog abandonado a su suerte, llegan oportunidades de sentirse feliz y halagado. En este semana han venido dos: la primera la expongo a continuación, a la segunda, relacionada también con el 25N, le dedicaré otra entrada.

Mañana, el Centro de la Mujer «Nueva Aventura» organiza un acto por el Día contra la Violencia Machista. Participarán las mujeres que forman parte del taller de teatro y en la actividad presentaré de nuevo mi novela «Yo, tú… él», un tanto castigada sin querer por el inicio de la pandemia, acompañada de una amiga feminista de las de verdad, Macarena, aunque le cueste que se diga, y a quién haré los coros cuando cante un tema que compuse hace un par de meses sobre la violencia machista: «No es amor».

No se puede estar mejor que rodeado de personas que quieres y que te quieren.

Drapetomanía

     A mediados del siglo XIX, el médico Samuel A. Cartwright descubrió (nótense sendas cursivas) una enfermedad mental que sufrían los esclavos negros llamada drapetomanía. Consistía en que estos, a menos que fueran tratados como seres inferiores y sumisos por sus amos tal y como enseña la sagrada Biblia, manifestaban ansias de libertad y unos deseos irrefrenables de escapar. Obviamente, como todo buen doctor que se precie, aparte del diagnóstico y de sus características, Cartwright prescribió la prevención y el remedio: azotes y amputar los dedos gordos de los pies. Tampoco hay que escandalizarse mucho pues el susodicho individuo también describió la dysaesthesia aethiopica, otro trastorno mental que afectaba sobre todo a negros libres quienes, al no tener un hombre blanco que los encamine, se dejaban dominar por la pereza, la desidia y la insolencia.

     Las reacciones sociales y mediáticas al asesinato de Samuel, así como hacia el resto de agresiones homófobos de estos últimos días, incluida la del madrileño barrio de Malasaña, que acabó siendo una denuncia falsa, me ha remitido, tristemente, a esta asociación de ideas pues, da igual el año, la década o el siglo: quien cree una cosa fundamentada en un plano meramente ideológico, hará lo imposible para que la realidad concuerde con su idea preconcebida. No por nada el ser humano tiene la sana costumbre de relacionarse solo con congéneres que piensan como él, no vaya a ser que tenga que replantearse su escala de valores. Y eso da un trabajo que te pasas. Sigue leyendo

«Ilustres e ignoradas»

Es necesario

Es necesario
revertir el hechizo.

Ese,
que borra a las mujeres
de los libros de historia,
de las esferas de poder,
de las antologías.

Ese,
que las encierra
entre cuatro paredes,
con solo
colocarles un anillo.

–Guisela López–

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Ilustres e ignoradas

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