Superhéroes NO Marvel

No contento aún con las posibles reclamaciones del cuadernillo diseñado especialmente para niñas, vamos a compartir el segundo, pensado sobre todo para niños que no tienen demasiados modelos de masculinidades disidentes, de superhéroes de verdad con súper poderes de verdad.

También puede servir, obviamente, para niñas y niñes, a partir de unos seis años.

¿Qué es ser un superhéroe? ¿Tener superpoderes y ser indestructible? ¿Llevar capa, un antifaz o una máscara y unos calzoncillos por fuera de los pantalones?

Te invitamos a ser un superhéroe con poderes de verdad; sin capa, antifaz o máscara ni calzoncillos por fuera de los pantalones, pero capaz de pasarlo mal con tal de hacer un bien a las demás personas. Como estos chicos que vas a conocer, y que son más poderosos que los superhéroes de Marvel, porque, además, estos son héroes de verdad.

Puedes descargarte el cuadernillo y las pegatinas pinchando en este enlace: Superhéroes NO Marvel y pegatinas.

Princesa NO Disney

Aún a riesgo de que alguien me denuncie por derechos de autoría o algo similar, comparto, sin suponer el más mínimo beneficio económico por mi parte, el primer cuaderno de princesas no normativas (y las hojas para hacer las pegatinas). Porque las princesas de verdad molan más.

Elaborado pensando sobre todo en las niñas, puede ser de utilidad para cualquier niñe a partir de seis años, más o menos.

«¿Qué es ser una princesa? ¿Vivir aburrida en un castillo esperando a alguien que te vaya a buscar? ¿Llevar corona, zapatos de cristal y una falda muuuuy larga?

Te invitamos a ser una princesa de verdad, sin corona, zapatos de cristal ni faldas largas, pero con un corazón graaaande, que no cabe en ningún sitio. Como el de estas chicas que vas a conocer, y que son súpermolonas».

Puedes descargarte el cuadernillo pinchando en el siguiente enlace: Princesas NO Disney y Pegatinas.

 

 

Insolente

      ¡Qué insolente Britney Spears solicitando la retirada de la tutela que su padre ejerce sobre ella desde 2008! Todo el mundo sabe que es por su bien, que una niña que ha protagonizado algún que otro episodio de desequilibrio emocional no puede manejarse en la vida. Menos mal que están los juzgados para mantener el orden y la evidencia. Joder, igual que todo el mundo sabe que Winona Ryder era una drogadicta y una ladrona, no como Russell Crowe, que a pesar de apalear a algún que otro conserje, también a uno de sus guardaespaldas o arrancarle de un bocado un trozo de cuello a un tipo en un bar, lo que tiene es mal carácter y esos detalles son si acaso anécdotas.

      Si a todos los tíos que arman escándalos y se comportan como verdaderos animales, o que consumen drogas o no son ni capaces de leer una línea por llegar alcoholizados al set de rodaje se les pusiera bajo tutela o se hablará de ellos tanto como de Marilyn Monroe, o Amy Winehouse, no habría juzgados ni lenguas bastantes en el mundo para contenerlo.

     Patricia Karina Vergara Sánchez es una poeta mexicana, que reúne todos los requisitos posibles para ser despreciada: india, con cara de pan, lesbiana y gorda (lo dice ella misma), no como la Britney, a la que se controla a pesar de ser blanca, hetero, occidental, mona y rica. Por eso, Patricia escribe cosas como esta, desde su insignificancia, desde su insolencia.

Continue reading

«Proscritas: cinco escritoras que cambiaron el mundo» (2020)

        Según el estudio recientemente elaborado por el medio Newtral, dentro de las cinco asignaturas de 2ª de Bachillerato en las que figuran nombres y apellidos de autores o autoras y que se deben de estudiar para la EBAU (la nueva prueba de acceso a la Universidad), menos de un 5% corresponden a mujeres. Realmente, de las cinco asignaturas, solo aparecen mujeres en una: Fundamentos del Arte II, mientras en el resto el porcentaje es cero patatero: Historia de la filosofía, Historia del Arte, Historia de España y Cultura Audiovisual. De 419 personas, solo 20 son féminas. Podríamos ponernos a debatir sobre las cuestiones esas en las que entran quienes opinan que eso se debe simplemente a la importancia de los personajes históricos o entran a evaluar, con escasa capacidad de análisis o cuáles podrían ser los motivos, que es que siempre ha habido menos mujeres en todos los campos. En realidad, que determinadas mujeres no sean ni nombradas en esas asignaturas se debe a la ignorancia y la falta de rigor, que debería de ser peor para las personas, supuestas elabora los currículos de Bachillerato al ser mero hecho objetivo, que la acusación –cierta también en el trasfondo de la cuestión– , del filtro machista y patriarcal por el que estudiaron, estudian y hacen estudiar con dicho sesgo. Con dos ejemplos a lo mejor me hago entender mejor: Alice Guy fue pionera en el cine, de hecho se convirtió en la primera persona en realizar una película de ficción y que pudo vivir del cine; a día de hoy, prácticamente sigue sin aparecer en los libros de historia del séptimo arte, como tampoco lo hace en el temario de Cultura Audiovisual II de 2ª de Bachillerato. Lo mismo podemos decir de Susan Kare, una de las más importantes diseñadoras gráficas de empresas como Apple o Microsoft e iniciadora del Pixel Art, fundamental en redes sociales y publicidad; tampoco aparece, claro.

    ¿Y a qué viene esta introducción sobre un ensayo biográfico de escritoras proscritas que vivieron en el siglo XIX y principios del XX? Porque podría ser que caigamos en la tentación de pensar que estas cosas, a Dios gracias, ya no pasan, que qué penita lo mal que lo pasaron Mary Shelley, Emile Brontë, George Elliot, Olive Schreiner y Virginia Woolf –entre otras muchas– por la época en la que les tocó vivir. Solo existe un aspecto claro en el que se ha avanzado, y no quizá porque no se sienta esa discriminación, sino, más bien por el cambio de mentalidad de las propias mujeres: todas las autoras que aparecen en el ensayo excepto Virginia Woolf se vieron impelidas a publicar sus novelas de manera anónima o bajo seudónimo masculino para que vieran la luz. Sí, tanto Frankenstein como Cumbres Borrascosas se editaron por primera vez bajo autor desconocido y el público dio por hecho que habían sido escritas por varones. De hecho, cuando varios años después se dio a conocer a las escritoras fueron criticadas duramente porque lo que se exponía, y cómo se exponía, no estaba bien visto en una dama. Tanto Mary Ann Evan como Olive Schreiner lo hicieron bajo seudónimo: la primera de por vida con el nombre de George Eliot; la segunda, en su primera novela, Historia de una granja africana, con el de Ralph Iron. El caso de Virginia Woolf es totalmente distinto, tanto por el círculo de amistades como porque ella y su marido Leonard fundaron una editorial propia en 1917, Hogarth Press, donde publicó toda se obra a excepción de su primera novela: Fin de viaje (1915), que lo hizo un la de su hermano paterno Gerald Duckworth. Continue reading