Juan Bernier

    ¿Quién es este hombre? Preguntaréis muchos, entre los que incluyo indefectiblemente a cordobeses y cordobesas, a pesar de ser ésta la provincia de nacimiento (concretamente la localidad de La Carlota) del que debiera ser ínclito poeta Juan  Bernier, cofundador del grupo Cántico, y del que aún es difícil saber cómo superó la censura del régimen franquista.

     El más social de entre sus amigos poetas de esta generación, homosexual no confeso (no hace falta explicar mucho el por qué y tan sólo lo narra en su diario) muchos de sus poemas jamás pierden actualidad. Tal vez por su tendencia al desencanto, o quizá más a la crítica al desencanto asumido, a la utopía.

     Podría haberlo escrito ayer, en lugar de en medio de la dictadura, lo que es una lástima y casi una tragedia, pero aquí lo comparto, con devoción, hacia aquél que debiera ser más conocido.

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Politics by Dandy-Jon

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«Son todos iguales»

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Vote for Nobody by Mark-Bash

      Con este trasiego de las elecciones y de los resultados supuestamente sorpassi suele haber infinidad de variables a las que aferrarse según el caso y el interés. De previo el tema de marras se divide en dos posturas obvias y antagónicas: votar o no votar, y si hay numerosas opciones respecto a la primera posición: elegir una candidatura, blanco o nulo, no menos consideraciones se barajan en la segunda: desánimo, desconfianza, mera dejadez o firme convicción como es el caso de los anarquistas.

      La cosa es que se decida lo que se decida, sea con mayor o menor convencimiento, hay una idea repetida hasta la saciedad igual que un pesado mantra tanto antes como después del evento y a la que quizá sería justo renunciar nos convenga más o nos convenga menos: “si es que son todos iguales”, como haciendo eco de la máxima de Lenin cuando decía “la democracia es una forma de gobierno en la que cada cuatro años se cambia de tirano”.

      Llevo colaborando con Cáritas Parroquial desde hace cerca de 20 años; muchos han sido los partidos que han (des)gobernado la ciudad en tan rancia temporada: IU, PP, Psoe, y muchos los ajustes presupuestarios y modificaciones administrativas tras cada legislatura. Existen infinidad de asuntos de los que no entiendo, pero en este último año, desde que Ganemos Córdoba entró en el Ayuntamiento (con matices), hay un tema que jamás habría imaginado que podría pasar, y me sucede casi cada semana en la oficina.

      – Vengo porque me han mandao la carta de corte de agua y no tengo pa’ pagarla.

      – No te preocupes, desde hace un año ya no os cortan el agua si no tenéis dinero.

      – Es que tengo nenes chicos y…

      – Ve a Aguas Potables con recibo de corte, te lo sellan y te pasas por las asistentas y te lo paran de manera indefinida. Os van a dar hasta agua gratis. Sigue leyendo

La bolsa o la vida

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Money Money Money by jfphotography

     Ronda los cincuenta y cinco años, y desde hace más de quince reside en España, el país de las falsas oportunidades. En un pueblecito de los Andes donde impartía clases se dejó querer por un español que trabajaba para una ONG de desarrollo; se enamoraron y decidieron abandonar Perú para afincarse en la tierra del odiado Pizarro. Tras no demasiadas dudas -debido principalmente al permiso de residencia y demás gaitas, sólo de conspicuas exigencias para quien no sea deportista de élite-, optaron por contraer matrimonio antes de partir.

     Fueron amargas las despedidas, principalmente hacia unos progenitores en la senectud -el padre muy enfermo- a los que no sabía cuando volvería a ver. Lloraban el resto de sus hermanas, como si fuera a desplomarse el universo sobre sus melancólicas cabezas, aun sabiendo que no habría lluvia que despojara la realidad de su inmediato cumplimiento.

     Las únicas veces que Alina ha podido abrazar de nuevo a sus padres en estos tres lustros no ha sido, desde luego, gracias a las bondades de la tierra de las oportunidades, que se sigue comportando con los extranjeros igual que lo hiciera Pizarro hace cuatrocientos años en tierra ajena cuando el extranjero era él. La última vez que regresó a Perú fue para el funeral del padre, teniendo que renunciar a su sueldo durante quince días.

     España no es ni madrastra, es una miserable criatura que sólo adopta en virtud de la cartera y consigue que la reina de Blancanieves parezca un hada madrina. Ni Lovecraft en su imaginario hubiera ideado un monstruo informe y repugnante capaz de producir tanta grima.

    La puta (pura) realidad es que para que las hermanas de Alina puedan venir a este apestoso estado -que no sería capaz de limpiar ni Yahvé sumergiéndolo siete veces en el Jordán– las condiciones que se les exigen son tan portentosas como los Doce Trabajos de Hércules. Me conformaré con compartir una, la más surrealista, estúpida, taimada, aberrante y que deja bien a las claras -si es que había dudas- el espíritu mercantilista e inhumano de la pérfida Europa. Sigue leyendo