Juan Bernier

    ¿Quién es este hombre? Preguntaréis muchos, entre los que incluyo indefectiblemente a cordobeses y cordobesas, a pesar de ser ésta la provincia de nacimiento (concretamente la localidad de La Carlota) del que debiera ser ínclito poeta Juan  Bernier, cofundador del grupo Cántico, y del que aún es difícil saber cómo superó la censura del régimen franquista.

     El más social de entre sus amigos poetas de esta generación, homosexual no confeso (no hace falta explicar mucho el por qué y tan sólo lo narra en su diario) muchos de sus poemas jamás pierden actualidad. Tal vez por su tendencia al desencanto, o quizá más a la crítica al desencanto asumido, a la utopía.

     Podría haberlo escrito ayer, en lugar de en medio de la dictadura, lo que es una lástima y casi una tragedia, pero aquí lo comparto, con devoción, hacia aquél que debiera ser más conocido.

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Politics by Dandy-Jon

   

LOS POLÍTICOS

Nos damos cuenta los hombres enteramente de todo,
pero no podemos con los que tienen cargos importantes.
Sabemos que pueden ser honrados esencialmente,
que pueden ser borrachos o cobardes acaso.
Unos están levantados por los votos unánimemente,
otros por el ejército no tan unánimemente,
otros por sus escudos genealógicamente.
Sabemos que ellos dirigen el mundo,
que inauguran hospitales y ponen las primeras piedras;
pero nada sabemos de su vida particular,
si son, si no son, sino lo que cuentan los periódicos.
Presiden Consejos y hacen declaraciones que no leen sus súbditos,
y cada uno de ellos manda en su territorio particular,
y la muestra es que de vez en cuando ajustician con gran ceremonia
y una nota interesante de su poder es el garrote, o la cámara de gas.
También mueven ejércitos, soldados, no de plomo,
que desfilan, juegan; y el ministro del pequeño país
compra tanques, y el del más grande, submarinos;
se arman, se rearman y los pobres aplauden los desfiles
donde ondea de cada uno su bandera particular
con la hoz, con la luna, con el escudo,
con su color, policolor, particular.
Y el vodka en los almuerzos se consume o en la cena el champán.
Oriente y Occidente; indigestiones influyen en la Bolsa,
se brinda por la paz, el matadero científicamente se prepara.
Agotados los sabios, los obreros roen su pan.
El horario es el látigo de ahora. Prisa por construir,
mientras se ríe la calavera del futuro ciego.
Nos damos cuenta de todo, pero nada podemos hacer;
Nos hacen votar, nos condecoran, súbditos somos, pues;
el pan nos falta, los zapatos, la vitamina tal;
hacinados vivimos, la colmena humana su reina tiene.
Los políticos sabios discuten, ríen, viven.
El protocolo ciñe sus vientres de bandas,
el paso es solemne y la engolada voz
manda sobre las trompetas, los tambores, los tanques, los cañones,
y la mecha del átomo en su mano.

Nada podemos hacer; pero nos damos cuenta aquí los hombres.