«El quinto sello» (1976)

     Escribo estas líneas antes de saber lo más mínimo del resultado de las cuartas elecciones generales en cuatro años (que se dice pronto), y con parecidos interés y preocupación acerca del resultado. No sé si todos son iguales, pero lo que sí que acierto a ver es que sea el color que sea el que enarbola la bandera de la democracia, cuando llegan arriba lo que desean es mantenerse a toda costa porque, por supuesto, lo hacen mejor que los demás. A ese «a toda costa» hace bastante referencia la película que me dio por ver ayer durante la rancia y abstrusa costumbre (incomprensible hoy día) de la jornada de reflexión: «El quinto sello», del demoledor director húngaro Zoltán Fábri. Porque su premisa: la generosa y poco consciente idea de todo ser humano acerca de desear ser aquello a lo que aspira éticamente por más que suela ser golpeada por chutes de realismo impertinente, esa premisa resulta indispensable para entender en toda su extensión lo terrible de sus últimos treinta minutos. En ese preciso instante es cuando el filme de Fábri desemboca en lo que es el goce de toda persona suscrita al poder, tenga más o menos consciencia de su crueldad, que se torna en el manual del buen fascista y que, por desgracia, su fin primigenio suele ser idéntico: que la masa no solo tenga miedo(a mí o a mi enemigo), sino que no lo quede más remedio que casi agradecérmelo. Continue reading

«The Woman Who Left» (2016)

Lav Diaz, by wise_kwai

    He oído decir reiteradamente de Lav Diaz que es un magnífico director. Digo que lo he oído porque «The Woman Who Left» es el primer filme suyo que he tenido el placer de disfrutar y no va a tener uno la desfachatez de generalizar y ponerse a hacer un estudio de sus bondades con solo una muestra. 

    La verdad es que, las películas de Diaz, son sin duda de las que tiran para atrás: filipino, exponente del cine lento, fotografía en blanco y negro y de una duración que haría palidecer de insignificancia a «Lo que el viento se llevó». De hecho, «The Woman Who Left» (con la que rompí mi virginidad con el director), a pesar de sus 3 horas y 48 minutos de eslora, se encuentra de largo, entre las más cortas. Y gracias a la generosidad de Diaz al realizar un filme de menos de cinco o seis horas creo fehacientemente que ha conseguido un nuevo acólito.

    Aunque Diaz lleva rodando desde la década de los noventa del pasado siglo, su cine permanecía desconocido en occidente hasta 2013, cuando su película «Norte, The End of History» fue seleccionada para su proyección en la sección Un Certain Regard del Festival de Cannes. No pasó entonces a ser director de masas como es fácil de entender, si bien su obra comenzó a acumular galardones en diferentes festivales; el último el año pasado con la cinta que nos ocupa, que se alzó con el León de Oro en el festival de Venecia. Continue reading

Lo peor de lo que nos pasa

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Via Crucis by Cubonegro

    En su libro de cuentos “¿Quién puede hacer que amanezca?” el teólogo y terapeuta Tony de Mello nos regalaba esta historia:

    “Necesito desesperadamente que alguien me ayude… o voy a volverme loco. Vivo en una pequeña habitación con mi mujer, mis hijos y mis parientes, de manera que tenemos los nervios a punto de estallar y no dejamos de gritarnos y de increparnos los unos a los oros. Aquello es un verdadero infierno…”

    “¿Me prometes que harás lo que yo te ordene?”, le dijo el Maestro con toda seriedad.

    “¡Te juro que lo haré!”.

    “Perfectamente. ¿Cuántos animales tienes?”

    “Una vaca, una cabra y seis gallinas”.

    “Mételas a todas en una habitación y vuelve a verme dentro de una semana”.

    El discípulo quedó horrorizado, pero ¡había prometido obedecer…! De modo que lo hizo y regresó al cabo de una semana quejándose desconsoladamente:

    “¡Vengo hecho un manojo de nervios! ¡Qué suciedad, qué peste, qué ruido…! ¡Estamos todos a punto de volvernos locos”.

    “Vuelve otra vez”, dijo el Maestro, “y saca a todos los animales fuera”.

    El hombre se marchó a su casa corriendo y regresó al día siguiente radiante de alegría:

   «¡Qué felicidad! Han salido todos los animales y aquello es ahora un paraíso. ¡Qué tranquilidad, qué limpieza, qué amplitud…!”.

    Ya, una memez. Pero lo mismo una memez que no tomamos en demasiada consideración en nuestro día a día. Estamos tan liados, con tantos follones que no tenemos ni tiempo para salir de nuestras preocupaciones y tratar de ser felices sin vernos en la oblicua necesidad de ir por la vida cargándonos con cruces a la espalda.

    Reflexionemos sobre nuestros problemas, sobre el estrés, los nervios, la cantidad ingente de personas que nos hacen sufrir. ¡Vaya angustia! Continue reading

«La muerte de Artemio Cruz» (1962)

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Carlos Fuentes by AndreAnibaldi

    Si existe una novela que me haya embargado de una profunda tristeza al terminar sus páginas es, sin duda, “La muerte de Artemio Cruz”. Una obra polifónica de desencanto, de pobreza, caciques… de valores revolucionarios perdidos o, aún peor, trasnochados y mudados al otro lado del espectro bajo demasiado humanas justificaciones.

    Tal vez la propia vida -tan activa como confusa políticamente- de su autor Carlos Fuentes pueda servir de cueva y refugio acerca de lo que un ser humano está o no dispuesto a conceder para salir indemne que no airoso, al menos de manera temporal, ante los envites cáusticos de la puta realidad. Decía el dicho aquello de que si uno no vive como piensa acaba pensando como vive y puede que sea cierto que nada sea realmente obligado y sometido a un cruel destino, puede que en cierta medida todos seamos víctimas y/o verdugos del libre albedrío, pero desde luego no envidio a Artemio Cruz. La víctima y el verdugo, donde el pasado, el presente y el futuro se fragmentan y entremezclan de manera magnífica en un uso particular de la tercera, primera y segunda persona del singular respectivamente y de manera alterna en cada uno de sus doce capítulos. Narrador omnisciente, individuo y conciencia entremezclados en lo que fue, lo que es y lo que pudo/deseó haber sido.

    Pero ya digo que no envidio a Artemio Cruz, por más que un genial círculo de eterno retorno nos haga recordar que en cada muerte hay un nacimiento, que nada está escrito de antemano, que hay posibilidades de comenzar de nuevo en medio de la mugre: “tiempo que se llenará de vida, de actos, de ideas, pero que jamás será un flujo inexorable entre el primer hito del pasado y el último del porvenir”, comenta el narrador en las páginas finales del libro. No envidio a Artemio Cruz, porque debe de ser terrible haber perdido la esperanza demasiado pronto y arrepentirse demasiado tarde. No quiero exhalar mi último aliento viendo mi vida como un cúmulo de decisiones que no me han hecho feliz ni a mí ni a los que me han rodeado.

    ¿Lo he dicho? No envidio a Artemio Cruz, aunque en lo más profundo quiero creer que el pobre Artemio, se arrepienta o no, lo justifique o no, sabe de sus muchos errores, al menos el de haber perdido a la única mujer que amó y por la que fue amado. Continue reading