Acerca de Rafa Poverello

Más allá de la falsedad del nombre, pues no soy pobre ni aunque quisiera en virtud del bagaje socio-cultural del que me es imposible escabullirme, mi espíritu anda de su lado, no porque sean buenos, sino porque se les trata injustamente.

«Devolvamos lo robado»

remember_the_genocide_by_black_cat_rebel-d5habii-png

Remember the Genocide by BullMoose1912

     Con la alegría inmensa que me da la conmemoración anual del genocid…, quiero decir, la invasió…, no, leches, la colonizac…, que no, el desc…descubr… No me sale decirlo.

     Con dicha alegría comparto la canción que compuse al año siguiente de los 500 años de la masacre, aunque hay quien diga que la culpa la tuvo la viruela. Y seguimos sin aprender, claro, que hace falta mucha solidaridad.

    A ver cuando aprendemos a conquistarnos a nosotros mismos, que es bastante más jodido (y más sensato).

DEVOLVAMOS LO ROBADO

Después de 500 años, de legalizado embargo

Para provecho, como no, del audaz conquistador.

Ha llegado ya la hora de quitarnos la corona

De ostentoso orgullo porque todo es suyo.

Todo menos esa deuda, tan antigua como eterna,

Fomentada por créditos FAD.

Concedidas sin rubores a modernos dictadores

Mantenidos por el tío Sam.

Devolvamos lo robado en tantos siglos machacando

A un pueblo del Sur que jamás probó siquiera nuestro pan.

Y cerremos cicatrices de ese mundo de lombrices

Pues cuanto tenemos es más suyo que nuestro.

Las ofertas del mercado, todo a cien es tan barato,

Siendo importación made in Taiwán,

Por empresas europeas instaladas en la aldea

Donde explotan niños sin piedad.

Devolvamos lo robado…

Y cerramos nuestros muros, separando el primer mundo

De sudacas, moros y demás.

Nueva Europa unificada para negarle la entrada

A tres cuartos de infrahumanidad.

Devolvamos lo robado…

«L.A. Confidencial» (1990)

james_ellroy_by_raschiabarile-daccwqy

James Ellroy by raschiabarile

    Como novelista debe de dar bastante coraje que te conozcan por la película, buenísima, que escribieron otros de alguna de tus obras. De lo peor: “¡ah, ¿pero está basada en un libro? Pues seguro que no es mejor que la peli”.

    James Ellroy, del que tenemos la suerte de que siga vivo mientras escribo estas líneas, nació en Los Ángeles en 1948. Su infancia transcurrió en la época ideal para que algún o algunos desalmados asesinaran a su madre mientras iba a la ciudad, dejándolos, a ella tirada en mitad de un descampado, y a él huérfano por partida doble. Nunca se llegó a descubrir a las personas responsables del crimen. Como es de suponer, tamaña experiencia, terrible y dramática donde las halla, marcó las preocupaciones vitales de Ellroy que se reflejan conspicuamente a lo largo de su obra: corrupción, violencia, desesperanza y nihilismo. Con estos adjetivos sobra decir cuál fue el género que le ayudó a espantar -o al menos asustar un poco- a sus fantasmas: novela noir, hard-boiled o como queramos llamarle.

    Y bueno, sí, la novela L.A. Confidencial es mejor que la película de Curtis Hanson (para los incorregibles diremos que, al menos, es igual). Aunque sea porque es anterior, aún más compleja y ácida y porque, como el porcentaje de lectores es infinitamente menor que el de cinéfilos, Ellroy no tuvo que pensar si aquel párrafo o aquella escena tan explícita iban a censurárselos o resultaría desagradable para el público. Sigue leyendo

Sufrir sin dignidad

carne04

Empatía, por Luiso García

    Debatíamos hace poco en una reunión acerca del antropocentrismo, del especismo y del animalismo. Como era de suponer, habida cuenta de las propias definiciones que unos dicen y otros rechazan nos vimos avocados a hablar sobre un concepto tan etéreo como la dignidad. Posturas enfrentadas y difíciles de argumentar con la debida objetividad. Es como ponerse a hablar del aborto, de la felicidad o de los derechos humanos universales. Todos son temas morales y filtrados necesariamente por nuestra escala de valores y nuestra filosofía de vida, los cuales, a su vez, dependen de experiencias personales o una determinada sensibilidad.

    ¿Quién decide lo que es la dignidad, quién la tiene o si es algo que viene impostado de nacimiento? Recurro a la RAE, como suelo hacer, a ver si me aclara algo: cualidad de digno. Y echo un ojo a la palabra digno/a.

Del lat. dignus.

1. adj. Merecedor de algo.

2. adj. Correspondiente, proporcionado al mérito y condición de alguien o algo .

3. adj. Que tiene dignidad o se comporta con ella

4. adj. Propio de la persona digna.

5. adj. Dicho de una cosa: que puede aceptarse o usarse sin decoro. Salario digno, vivienda digna.

6. adj. De calidad aceptable. Una novela muy digna.

    Por si había dudas, ahora surgen más. Se pone uno a leer con detenimiento las definiciones y hay algo común a todas ellas: la dignidad parece depender en mayor grado de algún condicionamiento externo que decide que cierta persona u objeto es merecedor, tiene suficiente mérito o condición, o se adapta a determinada calidad. Difícilmente puede algo resultar más subjetivo. Sigue leyendo

«A contracorriente» (2016)

img-3-535x363

De derecha a izquierda: Iván, David y un servidor cantando a lo cutre en el puente romano de Córdoba un Día del Peatón

    Ni puedo ni es mi intención ser objetivo.

    Los tres hermanos protagonistas de este documental, cuyo ejemplo y el de su familia son un canto a la vida, eran amigos míos. Y con la amistad de por medio no se puede ser objetivo de ninguna manera.

     David, Iván y Dani tenían el Síndrome de Wolfram -ya hablé de ellos en otra entrada-, una terrible enfermedad degenerativa que les permitió vivir sólo hasta cumplidos los 40. Los únicos hijos de Miguel y Mari Lola. Una enfermedad que sólo afectaba a los varones. Todos los componentes para realizar un drama, una tragedia, pero el Colectivo Brumaria -seguro que porque alguno de sus miembros conocía a David- han hecho todo lo contrario. Sigue leyendo