La «tradición» del «blackface»

Este año, por fin, hemos conseguido que, en los Reyes Magos que visitan la residencia de mayores en la que curro, no haya rey negro. No es racismo, claro, sino simple y llana posibilidad: son familias las que, desde hace unos años, se visten de sus majestades de oriente y reparten los regalos a las personas mayores. Un pito nos ha importado desde hace diez años romper con la tradición patriarcal y que, entre los tres magos, hubiera siempre, al menos, alguna mujer; este año han sido tres féminas las que se han vestido y representado con magnificencia dichos papeles estelares.

La tradición de Baltasar como persona subsahariana es más difícil de romper: se puede odiar a los negros todo el año y no querer verlos ni en pintura (nunca mejor dicho), pero el tercer rey (porque siempre, por los siglos de los siglos, va el último, lo mismo por ser negro) es el favorito de muches niñes, posiblemente hasta de les hijes de Abascal (Ortega Smith no tiene, menos mal), así que cuesta más verlo. Una mujer con barba no supone ningún trauma existencial en una cabalgata; ahora, poner a tres reyes de raza caucásica si no queda más remedio es peor que lanzar caramelos envenenados o con LSD desde las carrozas reales. Da igual, evidentemente, que esa supuesta tradición inmemorial y ancestral no lo sea tanto: hasta el inicio del colonialismo europeo (llamado eufemísticamente evangelización), a finales de la Edad Media, ninguno de los tres magos era de etnia negra; es más, ni en el evangelio de Mateo ni en el de Lucas, los únicos que hacen referencia a la visita de estos señores, se especifica su color de piel, que fueran tres y jamás se nombra su realeza.

Parece ser que las únicas tradiciones (aunque no lo sean tanto) que hay que respetar son aquellas con las que estamos de acuerdo, curioso, aunque se puedan dar imágenes tan paradigmáticas como las de este año en la cabalgata de Córdoba, donde la familia afrodescendiente de la imagen tendría que verse obligada a visionar el esperpento de un rey mago pintado de betún (a ver qué le explico yo a mis hijes, pensarían el padre o la madre, sobre este tipo con el cuello blanco y las manos embutidas en sendos guantes negros). Pero, claro, también debe de ser más importante e influyente esa tradición vetusta que afirma que a Baltasar lo eligen las peñas, entre sus miembros, y si en las peñas no hay negros, qué se le va a hacer.

Imagen de Cordópolis

Imagen de Cordópolis

 

Vigilia por Palestina libre

No sé si por que me conocen, porque no me conocen o porque no tenían a nadie más, me invitaron a tocar unos temas en la última vigilia de este martes por el genocidio del estado de Israel contra el pueblo palestino. Sea como fuere, fue un placer compartir ese momento y aprender, otra vez, que hay peña que se lo sigue currando porque no se cansa de manifestarse o concentrarse cada semana. Sin aburrirse.

«Yo, tú… él» (edición digital)

Muchas gracias a Antonio, editor de ediciones Dyskolo, por confiar de nuevo en mí y publicar en digital mi novela «Yo, tú… él», además con una licencia de lo más permisiva y considerada libre a todos los efectos.

Puedes descargarla de manera gratuita o aportando lo que desees desde la web de la editorial: https://www.dyskolo.cc/catalogo/lib082

Juani, superviviente de violencia machista. Álex, agente de la Unidad de Prevención. Dos diarios contrapuestos como su propia forma de ver la vida. Pasado y presente se entremezclan en la vida de una mujer maltratada, tan extrovertida y libre en la década de los 90 como sumisa y resignada en la actualidad. O al menos antes de que su camino se cruzara con el de Álex, de personalidad desencantada y cínica, quizá por su incapacidad de comulgar con ruedas de molino, adalid de la obligación autoimpuesta de ayudar a Juani a sobrevivir, física y sicológicamente.

Y en medio del caos tú, o yo; quizá haciendo oídos sordos, encontrando justificaciones o buscando alguien a quien culpar. Una de las facetas que mejor se le da al ser humano…

Superhéroes NO Marvel

No contento aún con las posibles reclamaciones del cuadernillo diseñado especialmente para niñas, vamos a compartir el segundo, pensado sobre todo para niños que no tienen demasiados modelos de masculinidades disidentes, de superhéroes de verdad con súper poderes de verdad.

También puede servir, obviamente, para niñas y niñes, a partir de unos seis años.

¿Qué es ser un superhéroe? ¿Tener superpoderes y ser indestructible? ¿Llevar capa, un antifaz o una máscara y unos calzoncillos por fuera de los pantalones?

Te invitamos a ser un superhéroe con poderes de verdad; sin capa, antifaz o máscara ni calzoncillos por fuera de los pantalones, pero capaz de pasarlo mal con tal de hacer un bien a las demás personas. Como estos chicos que vas a conocer, y que son más poderosos que los superhéroes de Marvel, porque, además, estos son héroes de verdad.

Puedes descargarte el cuadernillo y las pegatinas pinchando en este enlace: Superhéroes NO Marvel y pegatinas.