Debilidad

     Cuando era un mico, como nos ha pasado a muchos, más de una persona de buen corazón y compasivos sentimientos me soltó aquella perla envenenada de «pórtate como hombre, no llores» o su símil, quizá peor por generalizado, de «los niños no lloran». Daba igual que fuera por haberte roto una pierna, porque te hubieran escupido en un ojo o por el fallecimiento imprevisto de tu madre: simplemente tenías que ser fuerte y tragarte las lágrimas aunque te ahogaras por dentro.

      Así, va creciendo el macho alfa que supuestamente lleva uno dentro, ese al que todo el mundo se va a comer por sopas si muestra sensiblería (que no sensibilidad) o del que se van a descojonar si se comporta como un mariquita (no como un ser humano). Incluso se llega al extremo de la falta de profesionalidad si se te empañan los ojos en determinados espacios, llámense terapias, despachos o acompañamientos:

  • En las terapias familiares del programa terapéutico con personas con problemas de adicción. Cuando los chicos confesaban entre llantos delante de su familia que habían tenido que hacerse chaperos para poder seguir metiéndose, que habían pegado a su madre para robarle, apuñalado a alguien…
  • En el curro, como responsable de Recursos Humanos, cuando una compañera viene llorando a decirme que si se puede ir porque está teniendo problemas personales y no da más de sí, aunque lo ha intentado.
  • En la oficina de Cáritas, cuando una madre me cuenta que su hija tiene los deditos de los pies mal porque en el cole le obligan a tener zapatillas de deporte y ya le quedan pequeñas.

      Y yo allí, plantado delante, haciendo un máster de mal profesional y de peor macho alfa con los ojos como chupes. Es que soy un mierda, siempre lo he sabido, y parece ser que lo malo es que lo sepan las demás personas, porque se van a aprovechar de saberte débil. Sigue leyendo

«Su voz» (vídeoclip)

Segundo temita grabado durante los ensayos. Más cara de pena no puedo tener.

SU VOZ

Su voz disipa la niebla,
da respiro en la soledad.
Tranquiliza y desvela,
mata la ansiedad.

Su voz es una promesa,
que la luna convierte en realidad,
El zaguán donde espera
mi añorada paz.

No tenerte y pensarte es morir a cada instante;
No pensarte y tenerte es mi lucha más urgente;
No tenerte y pensarte, soy como un bonzo que arde
eternamente.

Su voz es cuanto me entrega,
desde lejos consuela mi penar,
Tan consciente y sincera
que no entiendo más.

Su voz es voz y es ausencia,
es mi muerte si no me fuera a hablar;
es su voz de la tierra,
del cielo y del mar.

No tenerte y pensarte…

Mechacortismo

    Ya, suena a chiste, o a noticia de El Mundo Today o de El Jueves, pero lo curioso es que es verdad, que existe el término, y concretamente el llamado síndrome de la mecha corta. Tan real es la cosa que conozco a cantidad de peña que lo sufre, tanta que si se realizaran estadísticas es probable que resultara más común que las alergias.

    Aunque las características de dicho trastorno pueden resultar obvias, no está de más hacer un parco resumen y, de esta manera, quien esté leyendo estas líneas puede ir dándole vueltas al tarro (veréis que tampoco va a hacer falta mucho) hasta descubrir multitud de personas enfermas a su alrededor, posiblemente sin saberlo.

    El síndrome de la mecha corta es un trastorno caracterizado por episodios de descontrol emocional y de los impulsos, que provocan ataques de ira y agresividad, ya sea verbal o incluso física. Los ataques de furia son desproporcionados respecto al evento desencadenante, que a menudo es irrelevante, y suelen estar seguidos de sentimientos de arrepentimiento y vergüenza. Lo mismo estáis pensando que tanta gente no hay, que no caéis en demasiadas personas de vuestro entorno, lejano o cercano, porque la segunda parte del enunciado, eso sobre el arrepentimiento o la vergüenza no lo veis nunca, pero es que resulta que del mismo modo que la ira generalmente se nota sin demasiada dificultad y hasta puede considerarse la agresividad como una pulsión, el arrepentimiento y la vergüenza ni se notan a bote pronto ni son un reflejo natural; es decir, que alguien puede ser mechacortista sin que muestre expresamente lo mal que se siente. Eso sin contar que la agresividad, en determinadas ocasiones, casi siempre condicionadas por el contexto o el grupo social en el que nos hallemos, puede implosionar y derivarse hacia el interior, provocando efectos psicosomáticos como úlceras, problemas estomacales o dolores y tensiones musculares. Sigue leyendo

«La soledad de mi cepillo de dientes» (Vídeoclip)

Por aprovechar el escaso tiempo disponible en común, nos dio por grabar algunos audios de los ensayos de un tiempo a esta parte. Nos gustó el sonido y decidimos dar un pasito más -que pretendemos mantener- y ponernos con imagen aparte del sonido.

Este ha sido el primer tema que hemos terminado, gracias al montaje de Fran, el guitarrista, todo sea dicho.

Iré compartiendo por aquí los vídeoclips. Y no quiero despedirme sin nombrar al administrador de todos los recursos y de la web NoGafam, que ofrece alternativas libres y federadas a las redes privativas, y son los espacios donde subo los temas, tanto en audio como en imagen.