
The Lawyer and Bartleby the Scrivener by Chpearse
Decir que Melville es un excelente novelista supone una perogrullada tan inabarcable como la gran Muralla China. Decir después que era del mismo modo un pulcro y exquisito conocedor de la naturaleza humana sería casi quedarnos cortos. «Moby Dick», su obra cumbre poco discutida, y la potente creación del capitán Ahab dan buenas muestras de ambas dotes.
Pero no hace falta escribir una novela de tropecientas páginas para dejar un rastro imborrable en la historia de la literatura. Basta un cuento, un relato de pocas páginas para ello, y hay quien dice que dar a luz un buen relato es más difícil que hacer lo propio con una novela. «Bartleby, el escribiente», es un ejemplo de esa grandeza embotellada en frascos pequeños.
Y eso que se me antoja pensar que de un modo u otro, en realidad Bartleby… no existe, pues es tan sólo el reflejo de la falta de voluntad de los que no tienen voluntad; tal vez por eso sea el único «invitado» del que nada se describe y, Melville tan sólo habla de él en negación (no es esto, no es lo otro, nunca…) mientras el resto de «secundarios» (que no lo serán tanto) son definidos con precisa pulcritud según su ausencia de carácter o su exceso de celo mal enfocado. Sigue leyendo


