Lo tengo claro. El mal del homo sapiens. Aquello que hace que la especie humana, en lugar de avanzar social y éticamente, retroceda. Son los tapones de cera. El cerumen que se acumula en los oídos y casi siempre lo dejas pasar porque se acaba quitando solo. O si no se quita es verdad que puede ser que oigas algo menos, pero ni te das cuenta ya. Como cuando crees que ves de puta madre hasta que alguien te pregunta por qué te acercas tanto a las páginas del libro cuando lees.
Cerumen. Parece una memez, pero no. Si no se desatasca uno el entramado a tiempo puede producir otitis. Primero externa, después media, y finalmente hasta crónica. Sordo como una tapia. Igual que el muro de Trump. Incluso en cuadros severos ha conducido a enfermedades más graves y letales como la meningitis.
Un problema los tapones de cera. Que debiera ser de estado, pero es que interesa tanto que la gente esté sorda que mejor preocuparse por los privilegios de los estibadores.
En un mes y algo he sido testigo hasta en tres ocasiones de los terribles riesgos de los tapones de cera para la evolución del ser humano. Resumo rápido, no vayáis a quedaros sordos antes. Sigue leyendo