«Eider y el cuerno arcoíris»

El 30 de abril es el cumpleaños de una amiguita a la que quiero mucho. Se llama Vera y tiene 6 años además de una familia muy especial.

Tan especial que me encanta regalarle cositas tontas de esas que se le ocurren a uno escribir y dibujar cuando escucha otras cosas aún más tontas, sin cursiva.

«Eider y el cuerno arcoíris» se llama el cuento, una historia de diversidad, enfocada sobre todo en la diversidad sexual.

¿Sabéis que en todo el mundo hay menos personas que nacen pelirrojas a las que nacen con características de intersexualidad? Y no son a las primeras a las que se les ponen peros, vaya.

Podéis descargar el cuento pinchando aquí o sobre la imagen de la portada de abajo.

Un beso a todes y espero que os guste, a vosotres y a vuestres hijes.

Carta de una sobreviviente de violencia machista

Los nombres, fechas y datos personales y familiares de la carta han sido cambiados por seguridad y para proteger la intimidad de la mujer.

Todo empieza sin darte cuenta.

Lo conoces, crees que has encontrado tu media naranja, el príncipe de los cuentos que leías cuando eras pequeña.

En ese momento de mi vida yo era pequeña, muy pequeña, sensible y muy vulnerable.

Y así empezó todo.

Muy joven, recién separada, con una niña muy pequeña, con muchas ganas de vivir y planteándome el cambiar de vida y de ciudad.

Pero de repente aparece en escena el hombre de mi vida, que dice venir para protegerme, cuidarme, comprenderme, ayudarme y darme todo el amor del mundo, todo el que no había recibido antes.

Así fue cómo dejé a un lado la idea de empezar de nuevo en otro lugar, entre otras cosas porque ya tenía el lugar, el lugar era él.

A continuación, sin saber por qué, llega un día en el que te cambian el nombre, ese que me pusieron mis padres cuando nací; dejas de llamarte Carmen, como te dicen en casa, para pasar a ser una tal Carmenchu, y a ti te parece maravilloso, es más, es el nombre que más te gusta, sobre todo porque solo lo utiliza él.

Pasas de estar muy sola con tu hija a tener una familia numerosa, distintos, pero los más felices. Y te lo vuelves a creer.

El tiempo pasa y te das cuenta, porque tu intuición no falla, que hay cosas que no encajan. Te quiere, pero a veces te castiga, se ausenta, se enfada por todo, y tú no sabes qué pasa; te desorientas.

Pides perdón mil veces aún sin saber qué has podido hacer mal, y unas veces te lo conceden y otras no, dependiendo casi siempre del número de veces que te rebajes y entiendas y asumas que él se comporta así por tu culpa.

Y tú sigues sin saber qué has hecho.

Después vienen las excusas: necesitaba reflexionar, estar solo en la cueva, o simplemente es que me estaba resfriando, o la responsabilidad del trabajo, o sus hijos, o su ex-mujer, y así un largo etcétera.

Y a continuación, como no podía ser de otra forma, viene el PREMIO; el premio consiste en hacerte saber que todo lo hace por nosotros, por nuestro amor, porque yo me despisto y tengo que centrarme más en nuestra relación.

Porque yo era guapa, simpática, alegre, divertida, buena, trabajadora, pero simplemente me faltaba CENTRARME. Continue reading

Resumen actos celebrados por el Día Contra la Violencia Machista

Semana intensa y emotiva, con diferentes actos de sensibilización sobre la violencia machista.

El lunes 22 tuvimos la presentación de mi novela «Yo, tú… él» dentro del acto contra la violencia machista en el Centro de la Mujer «Nueva aventura». Dentro de dicho acto estrenamos el tema «No es amor», cantado magistralmente por Macarena Vera como puede escucharse a continuación. La versión de audio y de vídeo fue la interpretada en la residencia Santa María el mismo jueves 25 con el que suscribe a los coros (estropeando un poco el asunto, espero que sepáis disculparme). La letra de la canción se encuentra al final de esta entrada.

Tras la nutrida manifestación del 25N, poco después de llegar a la puerta del Ayuntamiento, interpretamos nuevamente el tema, esta vez en un dueto con May Muñoz, la responsable de coros y bajista del grupo, que es increíble su facilidad para sacar las segundas voces. La versión que puedo subir es la que grabamos durante un ensayo, al no existir vídeo de ese momento. Comparto también tras el audio, algunas imágenes del acto reivindicativo organizado por la Plataforma Cordobesa contra la Violencia a las Mujeres, a quien no me cansaré de agradecer que pensaran en mí, un varón blanco cargado de privilegios, para tocar en los momentos finales.

NO ES AMOR

No es amor

«déjame que te ayude»,

como si por costumbre

fuera a hacerte un favor.

No es amor

que te cambies la falda

por alguna más larga,

«que te queda mejor».

No es amor

percibir que te mira

y evitar tu sonrisa

previniendo un follón.

No es amor

revisar siempre el WhatsApp

por si acaso te manda:

«tardas mucho, bombón».

El amor

es llegar tarde a casa

y que no pase nada

ni haya investigación

de por dónde

o con quién has estado

como si un cuestionario

le otorgara razón.

No es amor

prescindir de pintarte,

«que las putas lo hacen»,

y le pidas perdón.

No es amor

si se plasma en los celos,

justo son el reflejo

de la falta de amor.

No es amor

el que jodas sin ganas,

o tragar la mamada

por consideración.

No es amor

que te trate de reina

y después no te muevas

de tu ilustre sillón.

El amor

es sentir que eres libre

y aun sin serlo, sentirte,

pues no existe temor

a la hostia,

al abuso, al mutismo

como si tu destino

fuera su decisión.

No es amor

lo que te sepa a mierda

y te enferme de veras;

eso no, no es amor.

Eso no, no es amor.

Drapetomanía

     A mediados del siglo XIX, el médico Samuel A. Cartwright descubrió (nótense sendas cursivas) una enfermedad mental que sufrían los esclavos negros llamada drapetomanía. Consistía en que estos, a menos que fueran tratados como seres inferiores y sumisos por sus amos tal y como enseña la sagrada Biblia, manifestaban ansias de libertad y unos deseos irrefrenables de escapar. Obviamente, como todo buen doctor que se precie, aparte del diagnóstico y de sus características, Cartwright prescribió la prevención y el remedio: azotes y amputar los dedos gordos de los pies. Tampoco hay que escandalizarse mucho pues el susodicho individuo también describió la dysaesthesia aethiopica, otro trastorno mental que afectaba sobre todo a negros libres quienes, al no tener un hombre blanco que los encamine, se dejaban dominar por la pereza, la desidia y la insolencia.

     Las reacciones sociales y mediáticas al asesinato de Samuel, así como hacia el resto de agresiones homófobos de estos últimos días, incluida la del madrileño barrio de Malasaña, que acabó siendo una denuncia falsa, me ha remitido, tristemente, a esta asociación de ideas pues, da igual el año, la década o el siglo: quien cree una cosa fundamentada en un plano meramente ideológico, hará lo imposible para que la realidad concuerde con su idea preconcebida. No por nada el ser humano tiene la sana costumbre de relacionarse solo con congéneres que piensan como él, no vaya a ser que tenga que replantearse su escala de valores. Y eso da un trabajo que te pasas. Continue reading