Acerca de Rafa Poverello

Más allá de la falsedad del nombre, pues no soy pobre ni aunque quisiera en virtud del bagaje socio-cultural del que me es imposible escabullirme, mi espíritu anda de su lado, no porque sean buenos, sino porque se les trata injustamente.

«Surplus. Terrorismo de consumo» (2003)

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Consumed by Zillaan

    La felicidad de alcanzar un buen nivel de consumo.

    La dicha de tener un puesto de trabajo.

    La libertad que te otorgan ambos.

    El chute de realidad de conseguir sendos objetivos y sólo llegar a ser un autómata, un esclavo, un ser sometido a lo que marca la violencia del sistema. Acomodarse.

    Erik Gandini, en un contundente y sistemático documental, nos introduce con un estilo visual impactante y una música acompasada a golpe de martillo y de palabras acordes en el estresante y ansioso proceso de la alienación del individuo y de la masa hasta alcanzar el vórtice de la estulticia humana. Sigue leyendo

Una patada en los cojones

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Old man by MaraDamian

    Ana se puso a llorar en cuanto la ansiedad dejó pasó a la comprensión de la realidad. Trató al principio de que no se notara, pero ese tipo de intentos fallidos suelen ser aún más terribles para la autodefensa.

    Como suele pasar en todos los ámbitos de la vida, quien toma las decisiones nunca se enfrenta cara a cara a quien las sufre. Un verdadero alivio lo de poder cargarle el muerto a otro, que si es la persona que palpa la realidad y no vive en el mundo paralelo -para lelos- de Matrix, odiará con todas sus fuerzas verse en la obligación de transmitir una información que ni entiende ni comparte. Para eso están los curritos, que cobran menos por no tener que pensar.

    Yolanda, la trabajadora social de zona, era imposible que saliera airosa del envite, y saberlo de antemano no lo hizo más dúctil.

    – La normativa existe desde el 2007, pero la Junta no la ha comenzado a aplicar hasta ahora –tragando saliva–. Hasta que no se cubran las plazas concertadas disponibles en la provincia no van a conceder la prestación vinculada.

    – Pero mi madre tiene 97 años y lleva en esta residencia más de seis, ¿cómo vamos a cambiarla a otra de un pueblo? –si la desesperación pudiera cortarse se hubiera estado desangrando en ese instante–. Y mis hermanas y yo estamos enfermas, todas con cerca de 70 años, sin carné de conducir. ¿Cómo vamos a poder ir a verla?

    Yolanda se encogió de hombros. No como signo de indiferencia, sino de no tener la más remota idea de qué leches decir.

     – Lo comprendo, pero es que han decidido empezar a hacerlo así.

     Se hablaba mucho, y con toda lógica y justicia, de la dispersión carcelaria de los presos de ETA, de las denuncias y reclamaciones de sus familiares por las trabas y dificultades para poder ir a visitarlos (acaso una docena de los 400 cumplen la condena en prisiones de Euskadi o Navarra), pero si las familias de un acusado de delitos de terrorismo no tienen la culpa de nada, qué podemos decir de las de una anciana o un anciano de más de 90 años, con deterioro cognitivo o algún tipo de demencia y una paguita que ronda de media los 700 euros a las que se les obliga tácitamente desde la Junta de Andalucía a mandarla a la quinta puñeta si quiere ser beneficiaria de un recurso de la administración pública. Sigue leyendo

Marica, y a mucha honra

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Knight and King by DanOstergren

      A Nazario le repele la palabra gay. Cuando habla del asunto parece que hasta se le pone la piel de gallina. “Soy maricón, punto, que parece que está mal visto”, afirma rotundamente. “Me río con un amigo que insiste en decir que es gay, y yo le digo que si eso es ser menos homosexual o algo”.

     Puede parecer una memez, pero detrás de esta afirmación del padre del cómic underground en España hay mucha tela que cortar. Desde su pequeña tribuna presentando su libro autobiográfico apostilla el tema varias veces. Se trata básicamente de lo que el/la gran Shangai Lily vino a llamar, desde la crítica más milimétrica, gaypitalismo: la creación de la marca Gay. Como no podía ser de otra manera, el capitalismo fagocita de manera especial aquello que le puede incluso causar repelús, lo implementa según sus propios intereses despiadados de consumo y normaliza de manera conspicua cualquier conato de denuncia social visibilizando lo políticamente correcto a fin de ocultar lo que no queda tan bien. Es hermoso poder salir del armario, pero mejor si lo haces bajo las condiciones que impongo (aunque no te des cuenta) y ya lo bordamos. Así, la sociedad comprende el amor libre, de persona a persona sin atender a géneros, y cada vez hay más artistas que resulta que, de la noche a la mañana, son gays o lesbianas, aunque no lo digan en público ni se regodeen con ello, por aquello de proteger la privacidad y que la orientación sexual es cosa de cada uno y cada una. Y la sociedad gaypitalista se hincha a hacer publicidad y a subir vídeos apoyando la libertad sexual, pero sin decir las palabras prohibidas en virtud de supuestos componentes peyorativos de los que no se hacen cargo los maricones y las bolleras de toda la vida, que las pasaron putas, y ahora se sienten con todo el derecho del mundo a odiar nada cordialmente los términos gay y lesbiana por el componente de aclamación popular que ellos suponen, mientras por la calle seguimos mirando con el rabillo del ojo a dos hombres que se besan o a una mariquita de las de antes (a las que también reivindica Nazario con rotundidad). Sigue leyendo

«Predicador»(1995)

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Preacher, Tulip and Cassidy según AdamWithers

    No estaba previsto, pero el sábado pasado, 22 de octubre, falleció con 53 añitos de nada el magnífico dibujante e ilustrador Steve Dillon. Tuvo tiempo de regalar joyas, casi siempre acompañado por Garth Ennis al guión: Punisher, Hellblazer o la novela gráfica objeto de esta entrada, Predicador.

    No es fácil saber si aquello que comentaba el incorrecto Ennis sobre la percepción de su obra magna “Predicador” por parte de eminencias como Dave Gibbons y Joe Quesada se atenía a la verdad o era uno de sus habituales chascarrillos. Según él, para el dibujante del clásico Watchmen “Predicador” era una obra innecesaria, y para el editor jefe de la Marvel una buena literatura para ir al baño.

     Una vez leídas las demenciales historias de Jesse Custer, que no son pocas, se me antoja que lo mismo a Gibbons le dio algo de tirria que un tipo hartamente menos conocido que él y, sobre todo, que Alan Moore, a pocos años vista se atreviera a superar sus dosis de mala baba y de violencia visceral y creara una novela gráfica originalísima, libre hasta el culmen y que incluso -en una editorial tan puntillosa con la doble moral y con los posibles problemas con el público como DC- mostrara tías en pelotas. No es de extrañar que también Quesada, evidente enemigo editorial, hiciera sus pinitos poniéndola a caldo. Lo que sí es de extrañar es que DC osara publicarla y darle cancha durante varios años, porque “Predicador” no deja títere con cabeza, y quien vea en ella la más mínima condescendencia con el walk of life americano es que nació con un gen que repele todo lo que provenga del otro lado del Atlántico. Cada personaje que venera dicho estilo de vida, sea texano o extranjero, acabará pasado por la piedra o demostrando que lo que sí puede ser el país de las oportunidades es una amalgama de pirados y pasados de rosca que sólo parecen merecer un tiro en la cabeza. Sigue leyendo