Acerca de Rafa Poverello

Más allá de la falsedad del nombre, pues no soy pobre ni aunque quisiera en virtud del bagaje socio-cultural del que me es imposible escabullirme, mi espíritu anda de su lado, no porque sean buenos, sino porque se les trata injustamente.

Bombas buenas

Famine in Yemen, by Pedro X. Molina

     Ya lo sabe hasta un ciego sordo y mudo (y no estoy remedando a Shakira): se trata de un «armamento de precisión que no produce efectos colaterales en el sentido de que da en el blanco que se quiere con una precisión extraordinaria»; lo dijo el ministro Borrell en referencia a las bombas láser que el Gobierno, en un encomiable ejercicio de responsabilidad con esta nuestra gran nación, finalmente ha decidido exportar a Arabia Saudí, monarquía absoluta teocrática (se rige por la Sharia y el Corán) que jamás ha tenido elecciones en toda su historia, que es considerado por varios estudios como uno de los países menos democráticos del mundo (sino el que más) y que actualmente lidera la coalición que bombardea por sistema Yemen, cuya guerra civil ha acabado, en los dos últimos años, con la vida de al menos 10.000 personas según las estadísticas más generosas (otros datos alcanzan la cifra de 50.000).

     No voy a ponerme a hablar de la pena que me dan quienes trabajan en los astilleros de Cádiz, como si nos viéramos constreñidos a sufrir mucho por unos padres de familia que, al fin y al cabo, han elegido un modo de vida, y nos tuvieran que importar bastante menos los cerca de 6.000 civiles que, sin comerlo ni beberlo, han sido asesinados en Yemen, el 60% de ellos gracias a los bombardeos selectivos y de precisión extraordinaria de la coalición árabe encabezada por Arabia Saudí. De lo peor del comentario de Borrell es que el tipo no es tonto (aunque finge bien) y conoce perfectamente la tragedia bélica y humanitaria que se está produciendo en Yemen, por lo que ha de saber que Arabia Saudí ha destruido hospitales, escuelas e infraestructuras civiles al considerarlos meros objetivos de guerra, y que lo ha hecho con esas mismas bombas láser tan metódicas y exquisitas de las que parece ahora sentirse tan orgulloso: porque con esos juguetitos, si lo que se quiere es reducir a cenizas una estación potabilizadora de agua, una zona residencial o una mezquita, ¡tate!, que no se te escapan. Sigue leyendo

Concierto PCA Barriada del Ángel

   

     14 de septiembre, Barriada del Ángel en Alcolea; a las 20:00 Acto Público del PCA. Lo anunciaba de antemano el calendario litúrgico: Día de la Exaltación de la Cruz, pero no me di por aludido, y eso que soy católico.

     La única vez que me reí a mandíbula batiente con todo lo referente al acto y al concierto fue días antes cuando mi compañero de banda (y camarada para los del Partido) me mandó por enlace de Google Maps (que no abrí, no fuera a darme una alergia) la dirección de la sede: calle Acera de la Iglesia. Pa’ que luego digan que los rojos sólo se dedicaban a quemarlas.

    Posiblemente hacía mucho tiempo que no ensayaba con tantas ganas solito en mi casa; interés de más en no equivocarme en las letras con esos temas que ni me sé ni seguramente llegaré a saberme nunca del todo (o al menos a lograr poner los acordes sin meter la gamba a la vez que me pongo a dar gritos). Jamás en la vida había cambiado los monitores por el pinganillo en las orejas y, en las pruebas, el efecto fue escalofriante, casi místico. Sigue leyendo

Educación gratuita, obligatoria

Material escolar, by Poison_Ivy

  • 3 paquetes de folios de fotocopiadora
  • 4 libretas de cuadros, cuartilla espiral
  • 4 libretas de dos rayas mediana tamaño cuartilla espiral
  • 3 lápices de escribir
  • 4 gomas de borrar
  • 4 pegamentos
  • 2 tijeras
  • 1 estuche
  • 5 sacapuntas
  • 3 cajas de ceras
  • 2 rotuladores

    En el patio del colegio, Teresa observa la lista absorta; se muerde el labio inferior, suspira profundamente y se rasca la sien sintiéndose como si acabaran de obligarla, manu militari, a donar una parte de la nada que tiene a El Corte Inglés o al Carrefour, que dicen por ahí que son más económicos que cualquier librería de barrio. Se acuerda del cheque libro y de la madre que los parió mientras revisa el primer folio de las hojas sujetas en el borde izquierdo con un clip y pasa a leer, con más pena que su primo cantando por soleares, lo escrito en el segundo. La lista de Juani, en segundo de la ESO.

  • 8 cuadernos grandes de rayas
  • 4 cuadernos grandes de cuadros
  • 1 carpeta azul
  • 200 folios
  • 2 bolígrafos azules, 2 rojos. 2 negros y uno verde
  • 1 caja de ceras
  • 1 de lápices de colores
  • 1 de rotuladores
  • 2 lápices
  • 1 goma
  • 1 sacapuntas
  • 1 diccionario
  • 1 compás
  • 1 juego de reglas
  • 10 fundas de plástico

     Traga saliva, vuelve a tomar aliento y decide que el tercer folio lo va a leer Sanani el de las tortas. Sigue leyendo

El egoísmo y el miedo

fear, by kefirux

     Lo digo sin atisbo de duda: el miedo, por su propia naturaleza, es radical y profundamente egoísta. Al menos, el miedo «racional», no incluido en las fobias o los traumas, si es que fuera posible que no todo miedo contenga cierto componente de irracionalidad. No obstante, no voy a dejarme llevar por tamaña certeza y ponerme a menospreciar o a tachar de vil y despreciable a cualquier ser humano que, en determinadas situaciones de la vida, sienta pánico en su interior y hasta lo deje salir a borbotones por todos los poros de su piel ya que, por más que hayamos pretendido convertir la frase de marras en verdad de Perogrullo, el miedo no es libre, nada más alejado de la realidad; soy más de la opinión del poeta mexicano Amado Nervo cuando dijo que «el miedo es más injusto que la ira». A una persona más cabreada que un mico le puede asistir una razón irrefutable, pero a la que se ha dejado llevar por el egoísmo jamás podrá llevar la razón.

      La cuestión podríamos cerrarla con tan solo pensar una pizca en aquellos momentos en los que nos ha sacudido el miedo: cada vez que lo hemos sufrido en las carnes seguro que fue por nosotros mismos o, como mucho, abriendo el abanico de la generosidad, por los nuestros. ¿Puede existir egoísmo más evidente? Así, cuando en pos de la seguridad (nuestra seguridad) levantamos alambradas en Ceuta y Melilla o llevamos a cabo devoluciones en caliente (por más que el Tribunal de Estrasburgo haya condenado a España por dicho motivo); o cuando nos dicen que es demagogia y populismo soltar la consigna de papeles para todos; o sueltan con escaso rigor que vienen a quitarnos el trabajo aunque al otro lado del espectro insistan en que los inmigrantes viven de subvenciones (¿en qué quedamos?); o cuando los medios generalistas bombardean una y otra vez con cáusticas noticias sobre la amenaza yihadista en España (a pesar de que hayan muerto el doble de personas en el tajo durante el primer semestre de 2018 que a lo largo de los quince años de supuesto terror islamista)… Cuando apelan a la seguridad tocando la fibra sensible de nuestro miedo, tengamos claro que lo que está saliendo a flote, por más esmero que pongamos en ocultarlo, es nuestro egoísmo; ese miedo visceral delata que solo somos capaces capaces de pensar nosotros y en los nuestros. Incluso el inane recurso de la defensa a ultranza de la patria no es capaz de mitigar esta verdad; al fin y al cabo, la palabra patria proviene del genitivo latino pater: patriae, de los padres. Miedo a perder mi identidad, mis raíces, mi estabilidad. Sigue leyendo