La Cenicienta que no era doncella

    A veces tiene uno iniciativas que surgen por una memez, por un comentario a vuela pluma de alguien a quien quieres.

    –¿Sigue habiendo cuentos clásicos alternativos en la Teje? Tengo que ir a mirar, que me paso todo el día tuneando la Cenicienta a Vera.

    No lo dije, porque no sabía el tiempo del que iba a disponer, pero lo pensé de inmediato. «¿Y si me pongo y hago yo uno?». Y lo que comenzó como una tontada, sacando imágenes y dibujos de aquí y de allá, para no tardar mucho en rematar la faena, se convirtió en el cuento que viene a continuación: «La Cenicienta que no era doncella». Será que conozco a Vera, y que sé que le gustan tanto los trajes de princesa y los príncipes azules como su madre los detesta.

    Como digo en la dedicatoria del cuento: Para todas las familias que sueñan un modelo diverso de educación.

    Y gracias a todas las mujeres que cada día me han ayudado a ser menos machoman. Entre ellas, Macarena, la mamá de Vera.

    Para leer el cuento o descargarlo puedes pinchar aquí o encima de la portada.

Las personas curvas

    Cada vez me da más asquito leer lo maja que trata de ser la gente que quiere gobernar. Su insistencia en vender su santidad y rectitud, aunque sea a fuerza de decir una cosa hoy y otra mañana, sea sobre el Rey, sobre las mascarillas o sobre el sindicalismo.

    Y ¿qué decir de las ideas rectas, que no se salen ni un gramo por ningún lado? Firmes, aunque sean de lo más insensato, y tan capaces de esquivar la verdad o la decencia con tal de tener razón.

   Se hace menester, en estos tiempos rectos y falsarios, recordar el poema del pensador libertario Jesús Lizano, muerto no hace tanto y que nos dejó su amor a las cosas curvas, quizá porque son las únicas de verdad.

Sigue leyendo

Infantilismo sociocomunitario

     Ezequiel Ander-Egg, sociólogo que ha enfocado buena parte de su labor académica en el ámbito de la planificación y la investigación social y la pedagogía, publicó a principios de los años 80 del pasado siglo un Diccionario de Trabajo Social que sigue siendo punto de referencia de los profesionales del ramo. En él, define de la siguiente manera el asistencialismo:

     «Asistencialismo es una forma de asistencia o de ayuda al necesitado, caracterizada por dar respuestas inmediatas a situaciones carenciales, sin tener en cuenta las causas que las generan. Este tipo de asistencia lejos de eliminar los problemas que trata, contribuye a su mantenimiento y reproducción.

     Históricamente fue una de las primeras formas organizadas de ayuda al necesitado. En ella subyace una concepción de la sociedad basada en la inexistencia de contradicciones y por ende considera los estados de carencia como disfunciones que hay que corregir y que son atribuibles al individuo y a sus circunstancias».

    Ander-Egg, como la inmensa mayoría de las personas que han trabajado a conciencia los enfoques sociocomunitarios en situaciones de empobrecimiento y/u opresión, pertenece a un pueblo que conoce de maravilla de lo que está hablando: América del Sur. No obstante, sus teorías y posicionamientos, igual que los de Paulo Freire, son perfectamente adaptables a cualquier país o colectividad.

     Aunque resulta inviable exponer en una entrada la filosofía de la escuela de Frankfurt en la que se basa toda la pedagogía crítica, podríamos resumirlo en un principio que ha alcanzado cada ámbito del acompañamiento y de los procesos educativos, desde la infancia hasta la atención a personas mayores: la emancipación de la opresión a través del despertar de la conciencia crítica y de la autonomía del individuo. ¿Pero qué es la autonomía personal?: la capacidad del ser humano para hacer elecciones, tomar decisiones y asumir las consecuencias de las mismas. Por tanto, y es este un hecho fundamental que suele llevar a confusión, lo contrario a la autonomía no es la dependencia, sino la heteronomía; es decir, que otras personas deciden y eligen lo que consideran mejor para la vida de una persona. Un ejemplo muy fácil de comprender: Ramón Sampedro, el conocido escritor afectado de tetraplejía y que decidió quitarse la vida, era dependiente, porque no podía realizar las actividades de la vida diaria sin apoyo externo, pero era absolutamente autónomo, pues era capaz de tomar sus propias decisiones.

     Es obvio que podemos entrar en un bucle sobre la libertad y sobre quién es absolutamente libre a la hora de tomar decisiones, ya que todos los seres humanos estamos condicionados por nuestro estrato social, nuestra educación o nuestras experiencias personales, pero lo curioso es que siempre que entramos en este bucle lo hacemos para referirnos a las personas en exclusión y así salvarnos, digamos, un poco de la quema. A nadie se le ocurriría pensar de sí mismo en estos términos cuando tiene que decidir sobre un aspecto importante de su vida, porque las personas de bien o «normales» sí que somos libres. El caso es que, en definitiva, la actuación social, política y comunitaria hacia determinados colectivos oprimidos o ninguneados se basa casi exclusivamente en el asistencialismo y la heteronomía. Sigue leyendo

Pin pan pun

Artículo 27 de la Constitución Española:

1. Todos tienen el derecho a la educación. Se reconoce la libertad de enseñanza.

2. La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales.

3. Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones.

4. La enseñanza básica es obligatoria y gratuita.

5. Los poderes públicos garantizan el derecho de todos a la educación, mediante una programación general de la enseñanza, con participación efectiva de todos los sectores afectados y la creación de centros docentes.

6. Se reconoce a las personas físicas y jurídicas la libertad de creación de centros docentes, dentro del respeto a los principios constitucionales.

7. Los profesores, los padres y, en su caso, los alumnos intervendrán en el control y gestión de todos los centros sostenidos por la Administración con fondos públicos, en los términos que la ley establezca.

8. Los poderes públicos inspeccionarán y homologarán el sistema educativo para garantizar el cumplimiento de las leyes.

9. Los poderes públicos ayudarán a los centros docentes que reúnan los requisitos que la ley establezca.

10. Se reconoce la autonomía de las Universidades, en los términos que la ley establezca.

    Segurico que, a estas alturas, hasta el más garrulo de los mortales se conoce de memoria el debatido punto 3 del artículo 27 de la Carta Magna. Mejor que se sabían papá y mamá la lista de los Reyes Godos, oiga. No está de más que leamos el artículo entero, de cabo a rabo, no vayamos ahora a creer, gracias a los poderes fácticos y sus acólitos, que se compone nada más que de un punto.

    Llamémosle pin, veto o pin pan pun fuera, que el caso es que, a diestro y siniestro, parece que de los diez puntazos del artículo de marras hemos conseguido que el único que haya que debatir y/o defender sea el 3. Los tenemos más grandes que el caballo de El Espartero. La derecha ya sabemos cómo se las gasta, pero de esta izquierda en el poder habré de decir lo que soltaba mi abuela: «de las aguas tranquilas líbreme Dios, que de las bravas me libro yo», porque en el programa acordado entre PSOE y Unidas Podemos no hay ni un apartado dedicado a la educación. Será que no tiene puntos el acuerdo programático, nada más que 11, con sus explicaciones y todo en cada uno de ellos. Eso será porque la enseñanza en España va que te cagas y no hay que tocar ni una coma, a pesar de tantas y tantas promesas.

    A ver, un par de cosillas, para enfocarme en el punto 4 por poner un poner, que ya me gustaría a mí que todos los niños y niñas de mi barrio de Moreras tuvieran una educación gratuita aunque fuera con el pin/veto parental (el uso de mamás no es machismo, sino chute de realidad).

  • Mamás de Moreras no pueden llevar a sus niños y niñas a infantil porque no tienen pelas (ni qué decir tiene lo que cuestan los cuadernos de actividades en esta etapa). Ídem cuando acaban la secundaria obligatoria. Artículo 27.1 aparte del punto 4. Será que solo es derecho e igualdad de oportunidades en primaria y secundaria.

  • Mamás de Moreras no pueden comprarle el material escolar a sus niños y niñas, porque hay cheque libro, pero no cheque-goma, cheque-cuaderno, cheque-boli, cheque-plastilina, cheque-tijeras y así un largo etcétera.

  • Mamás de Moreras con algún nene o nena con retraso madurativo no cuentan con el apoyo de especialistas en el aula porque en el colegio no existe el área de logopedia o de pedagogía ni tienen pasta para uno privado.

    Pues eso, que el pin/veto parental es más malo que la quina y un retroceso en derechos, esos mismos que muchos niños y niñas no tienen.