«TIEMPOS MODERNOS» (1936)

La mecanización y robotización del ser humano en nombre del ‘progreso’ y el desarrollo aun a riesgo de perder plenamente su identidad como persona. Una imagen, una secuencia valen más que mil palabras.

TÍTULO ORIGINAL Modern Times
DURACIÓN 89 min.

SINOPSIS 
Extenuado por el frenético ritmo de la cadena de montaje, un obrero metalúrgico acaba perdiendo la razón. Después de recuperarse en un hospital, sale y es encarcelado por participar en una manifestación en la que se encontraba por casualidad. En la cárcel, también sin pretenderlo, ayuda a controlar un motín, gracias a lo cual queda en libertad. Una vez fuera, reemprende la lucha por la supervivencia en compañía de una joven huérfana a la que conoce en la calle.

Cine (I). Jorge Furtado

LA ISLA DE LAS FLORES 
Título original Ilha das Flores
AÑO 1989
DURACIÓN
 

13 min.

PAÍS
DIRECTOR Jorge Furtado
GUIÓN Jorge Furtado
MÚSICA Geraldo Flach
FOTOGRAFÍA Sergio Amon, Roberto Henkin
REPARTO Documentary, Luciane Azevedo, Júlia Barth, Paulo José, Gosei Kitajima, Ciça Reckziegel, Irene Schmidt, Takehiro Suzuki, Douglas Traini
PRODUCTORA Nora Goulart, Monica Schmiedt
PREMIOS 1989: Festival de Berlín: Oso de Plata (mejor cortometraje)
GÉNERO Documental | Sátira. Cortometraje
SINOPSIS Documental que muestra de forma satírica la cruda realidad de la sociedad brasileña de la época, la falta de conciencia, la miseria que lleva a la degradación del ser humano. Considerado uno de los cortometrajes documentales más importantes de la historia, ganador en Berlín y en otros festivales. (FILMAFFINITY)

Los indignados sin paraguas

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The Indignant Movement, por Kevrekidis

    Con esto de las medidas ante la crisis y la justicia social (dos términos radicalmente opuestos y en conflicto y evidente contradicción) han hecho su aparición pública dos tipos de indignados, los de verdad y los que tienen paraguas. Yo me hallo entre estos últimos, los de mentirijillas, digamos: me cabreo supinamente ante cada nueva barrabasada del des-gobierno de España, salgo rodeado de pancartas mostrando sin cansancio ni reparos mi malestar, cuelgo ‘pavadas’ en el muro de las redes sociales haciendo luz de aquello que se empeñan en ocultar entre tinieblas… Me pongo bajo la lluvia, vamos, adrede, sin necesidad, con dos cojones. El caso es que, en realidad, tengo paraguas, escondido, en casa, en la recámara.., donde Dios me dé a entender, pero lo tengo y sé que cuando ya esté hasta esas mismas partes que nombraba antes de mojarme puedo pegarme un saltito e ir a por él. Muchos tipos de paraguas tengo/tenemos, de algunos de ellos podríamos optar por prescindir: se llaman nóminas, subsidios, propiedades poco necesarias (por ser fino) o aquellas que asumimos que lo son un poco más aunque suene como así de mentirijillas también, igual que esa indignación nuestra. Hay otros paraguas de esos con los que contamos a los que nos es más jorobado renunciar, porque están y punto, sin depender mucho de nuestros esfuerzos y a lo sumo que podríamos aspirar es a romperle alguna varilla: son la familia (padre, madre, hermanos, hijos, nietos, biznietos, tíos, primos, cuñados, yernos, nueras… casi infinitos), los amigos, algunos amigos de los amigos… Y al final restan esos otros paraguas imposibles de prestar o regalar, excepto en virtud de una lobotomía: los estudios, la cultura, la educación recibida, el bagaje personal que se llama y que nos acompaña sin quererlo un segundo sí y otro también. Con tanto paraguas que tengo la verdad es que me resulta ‘tirao’ ser un indignado bajo la lluvia. Algo así como sufrir por otros, pero no con otros, que es un buen paso, a veces excelente y siempre necesario, pero si nunca pierdo de vista que, en el fondo, cuento con paraguas. Con un armario. Sigue leyendo