Rasgarse las vestiduras

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syrian Refugees | by FreedomHouse

      Es terrible lo de los refugiados. El drama. La crisis. Como lo quieran llamar, para darle bombo o quitárselo.

     Es terrible. Los gobiernos a nivel individual. La UE a nivel global. Los compromisos adquiridos que no hace falta cumplir. Asilo, derecho de asilo. Abrir las puertas.

     Terrible. Podemos ver la tele y hasta llorar a diario. De angustia, de impotencia. Los niños. Sobre todo los niños. ¿Qué nos queda si no? Llorar, manifestarse, rogarle a Dios o a quien sea… votar a otro partido. Todo para que la conciencia no nos mate, si es que nos queda algo de ella.

     Todo. Menos implicarse mucho de manera personal. Menos cambiar de costumbres. No vaya a ser que tengamos follones.

     Vienen porque están en guerra, porque destruyen sus casas, porque asesinan a sus familias. Vienen porque no existe en su territorio la más mínima seguridad.

     “Ojalá no tuvieran que venir, que abandonar su hogar”, podemos llegar a oír como culmen de una verdad absurda. Como si la responsabilidad de que vengan fuera de vete tú a saber qué impresentable dictador, o de cualquier facción del ISIS.

    La última, por el momento al menos, fue hace unos días: los dos destructores de la armada estadounidense que han participado en el bombardeo con misiles de crucero en Siria tienen su base en Rota. Las buenas relaciones con los aliados. Fundamental para la paz.

     La penúltima y la antepenúltima son tan gordas y variadas que podemos echar un ojo con enorme rubor sólo de pasada.

     Que por aquello de sacar algo de pelillas el Ministerio de la Guerra del Gobierno de España envía armamento a la coalición liderada por Arabia Saudí que destruye Yemen. Y a otros países en conflicto y con serias acusaciones por parte de los colectivos en defensa de los derechos humanos: Bahréin, Túnez, Egipto, Turquía, Israel… Huelga decir que en la Resolución del 24 de diciembre de 2008 la ONU prohíbe exportar armas a estos países. Claro, que los mayores exportadores de armas del mundo son, curiosamente, las cinco naciones con derecho de veto en Naciones Unidas: EE.UU., Francia, Alemania, Rusia y China. España ronda cada año entre el sexto y el séptimo puesto, lo que no está nada mal.

     Que una de las empresas de armamento y de seguridad más importantes de España, Indra, pertenece al lobby de presión que vende cámaras de vigilancia y otros dispositivos a Frontex, la agencia Europea encargada de controlar las fronteras exteriores para que a la Guardia Civil le dé tiempo de apalear a las personas inmigrantes antes de que salten el muro de la vergüenza de Ceuta y Melilla o, si llegan con retraso, al menos no tarden demasiado en sacarlos a rastras al otro lado de la frontera. Sigue leyendo

Seguid

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The Suffering by MarekKurzok

 

Seguid.

Viendo aparecer mi rostro en las noticias.

A la hora del almuerzo.

Las manos a la cabeza y la cuchara a la boca.

Seguid.

Rezando por mí.

Con una de las cuentas de vuestro Rosario.

Rogando a Dios que se digne a hacer algo.

Uno de sus milagros.

Seguid afligidos. Seguid.

Seguid.

Escribiendo un blog.

Firmando solidaridad en Change.org.

En esa carpa bien dispuesta en mitad del bulevar.

Seguid.

Con vuestra cuota mensual a Greenpeace.

A Amnistía.

A Oxfam-Intermón.

Dando lo que os sobra.

Seguid.

Militando en vuestro colectivo de barrio.

Desgañitándoos en vuestras manifestaciones.

Seguid roncos. Seguid.

Seguid.

Cambiando mi mundo desde vuestro buró.

Desde vuestro despacho.

Sin cambiar nada del vuestro.

Seguid.

Lavando vuestra conciencia.

Seguid.

Ese agua pútrida que destila

seguirá cavando mi tumba en el Mediterráneo.

Y congelará mi esperanza en vuestras fronteras.

E inundará de injusticia mis calles en Siria.

Seguid, hermanos, seguid.

Como si la tierra fuera vuestra

y yo

una mala hierba que os molesta.

«He visto ballenas» (2014)

hevistoballenas    ¿Qué es más fácil pedir perdón o perdonar? Habrá siempre algún listo o lista que diga que ninguna de las dos cosas, pero yo no conozco a nadie que le haga cosquillas ninguna de las dos causas. Ese es el mérito del perdón, que cuesta, y en ello estriba su valor.

    ¿Qué cuesta más? Se puede decir que depende, pero las dos actitudes están demasiado ligadas al orgullo y a la capacidad de comprensión que difícil es separarlas como si se pudiera cojear mucho más de una que de otra o fuera posible ser notoriamente más dado a la exculpación que a la súplica.

    De estas menudencias, leves como un puñetazo en las costillas sea éste o no a destiempo, nos habla Isusi en “He visto ballenas”. Y lo hace la mar de bien. Seguro que el autor ha sido consciente en su vida de lo que nos cuesta decirle hasta a la pareja, al amigo, a la madre, al compi de curro que algo lo has hecho mal sin justificarnos. Aunque sólo hayan sido aquellas fotocopias que le hacían falta o que por la mañana afirmaste una sandez con toda rotundidad y ha resultado ser una metedura de pata. Lo normal es que hagamos como si todo fuera igual, como que sabemos que nos queremos, o nos perdonamos y ya está. A otra cosa mariposa.

    Si hasta esto cuesta un esfuerzo ínclito, el que hayas asesinado a alguien y darte cuenta con el tiempo de que es una cagada muy gorda debe de ser lo más terrible del mundo. Como para que alguien encima se atreva a juzgar tu arrepentimiento.

    Y el pedir perdón, el perdonar a las personas que nos rodean, tiene además mucho que ver con eso de perdonarse a uno mismo, con lo jodido que es, porque a nosotros mismos somos a quienes nos vemos obligados a aguantar a diario, cada segundo. Y lidiar con la propia conciencia puede ser una mierda bien gorda si nadie te echa un cable para limpiarla desde el fondo. Cuando descubres que tu perspectiva no es la de otros y no todo el mundo tiene que haber visto ballenas. Sigue leyendo

«Devolvamos lo robado»

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Remember the Genocide by BullMoose1912

     Con la alegría inmensa que me da la conmemoración anual del genocid…, quiero decir, la invasió…, no, leches, la colonizac…, que no, el desc…descubr… No me sale decirlo.

     Con dicha alegría comparto la canción que compuse al año siguiente de los 500 años de la masacre, aunque hay quien diga que la culpa la tuvo la viruela. Y seguimos sin aprender, claro, que hace falta mucha solidaridad.

    A ver cuando aprendemos a conquistarnos a nosotros mismos, que es bastante más jodido (y más sensato).

DEVOLVAMOS LO ROBADO

Después de 500 años, de legalizado embargo

Para provecho, como no, del audaz conquistador.

Ha llegado ya la hora de quitarnos la corona

De ostentoso orgullo porque todo es suyo.

Todo menos esa deuda, tan antigua como eterna,

Fomentada por créditos FAD.

Concedidas sin rubores a modernos dictadores

Mantenidos por el tío Sam.

Devolvamos lo robado en tantos siglos machacando

A un pueblo del Sur que jamás probó siquiera nuestro pan.

Y cerremos cicatrices de ese mundo de lombrices

Pues cuanto tenemos es más suyo que nuestro.

Las ofertas del mercado, todo a cien es tan barato,

Siendo importación made in Taiwán,

Por empresas europeas instaladas en la aldea

Donde explotan niños sin piedad.

Devolvamos lo robado…

Y cerramos nuestros muros, separando el primer mundo

De sudacas, moros y demás.

Nueva Europa unificada para negarle la entrada

A tres cuartos de infrahumanidad.

Devolvamos lo robado…