Córdoba Ciudad de Paz y Diálogo

No sería del todo cierto decir que, en Córdoba, hubo un periodo de ejemplarizante concordia y convivencia entre las tres culturas: árabe, judía y cristiana. A lo más que llegaban era, según los más sesudos estudios, a soportarse. Lo cual tampoco es baladí, ni en aquellos tiempos ni en estos que corren.

Lo que sí se convirtió un acto de concordia, aún más de lo que esperábamos, fue la concentración contra la militarización de la sociedad cordobesa del pasado viernes 5 de abril en Las Tendillas. Más que la actividad en sí, cuyo resumen podéis ver en el vídeo, nada hubiera sido posible sin la generosidad de Valeria Delgado, la cantante de las Tendillas, quien, al ver que habíamos tenido problemas con nuestro equipo de sonido, no dudó ni un instante en ofrecer el suyo cuando se lo pedimos, aún a riesgo de ser ella la que se quedara sin batería y no pudiera cantar y ganarse los cuartos.

Al final, todo estuvo perfecto, incluida la solidaridad de las personas allí reunidas, que colaboramos económicamente con Valeria por el esfuerzo y saber pensar más en el colectivo que en sí misma.

Manifiesto contra la Feria de Armas (MejorSinArmas)

MANIFIESTO. Contra la celebración de la feria de armas

Ante la anunciada feria de armas que habrá en Córdoba los días 10 y 11 de abril, según noticia dada en enero por los medios de comunicación locales cordobeses, un grupo de colectivos sociales nos mostramos contrarios a la celebración de dicho evento, por entender que es un paso mas en el cariz de militarización y pro-belicismo al que recientemente están llevando a la ciudad por parte del Estado, el Ayuntamiento y la
Universidad.

Córdoba, una ciudad reconocida históricamente como de diálogo, va a cambiar su sello por el de ciudad bélica, gracias a la decisión tomada por algunas personas con poder
institucional, sin búsqueda de consenso y respaldo de la ciudadanía, de la que no tenemos duda que prefiere quedarse con la marca de ciudad de paz y diálogo.

Es lamentable que nuestra Universidad, que siempre ha sido ampliamente valorada por su conocimientos relacionados con la agroganadería, ahora decide potenciar la industria armamentística, dando la bienvenida a una fábrica de misiles que presume del sello “Probado en combate”.

Si la Universidad quiere potenciar investigación tecnológica, proponemos que lo haga en materias relacionadas con el cambio climático y de esta manera salvará vidas en lugar de destruirlas.

La ciudadanía cordobesa debe preguntarse si quiere el cambio de rumbo al que nos están llevando o si prefiere rebelarse y seguir potenciando la agroganadería, la paz y el diálogo, materias por la que se nos reconoce hasta el día de hoy y comenzar a trabajar en la lucha contra el cambio climático.

Animamos a la ciudadanía a unirse a nuestra reivindicación, por una ciudad de la que
podamos enorgullecernos.

NO A LA FERIA DE ARMAS, POR UNA CIUDAD DE PAZ Y DIÁLOGO.

  • Grupo «Mejor sin armas” lo forman:
    Adelante Andalucía
    Anticapitalistas Andalucía
    APDHA
    CNT
    Cristianas por el Clima
    Córdoba Solidaria
    Ecologistas en Acción
    Iniciativa del Pueblo Andaluz
    Izquierda Unida
    Hacemos Córdoba
    La Tejedora
    Paz con Dignidad
    Plataforma Córdoba con Palestina
    Plataforma anti OTAN
    Podemos Córdoba
    Verdes-Equo

 

Poesía por Palestina: versos contra el genocidio (imágenes)

Creo que fuimos 25 personas las que compartimos canciones o poemas en el precioso acto que organizó Poetas por el Clima Córdoba. Doloroso, y durísimos algunos de los poemas seleccionados, pero tan necesario como el fin del genocidio.

Gracias a José García Obrero por la organización, su compromiso y su actitud generosa en todo momento.

Vergüenza ajena

Estatua en los Jardines de Las Tullerías (París)

Si la vergüenza, ese sano y sapiencial sentimiento humano, no estuviera en horas bajas, lo de la detención de veintidós activistas medioambientales del grupo Futuro Vegetal por pertenencia a organización criminal sería de vergüenza ajena. Sesenta y cinco delitos se les imputan, gravísimos, más que la marea de pellets de plástico en la costa galega, porque estos atentan contra el medio ambiente (que no le importa una mierda a nadie) y aquellos contra cuadros de Goya, que son más eternos que la luz solar (y lo triste, es que casi podemos afirmar que no es una hipérbole).

Objetivamente, los únicos daños culturetas ocasionados a las magnas obras de arte, víctimas de tal terrorismo nacional (tampoco exagero, en septiembre pasado la Fiscalía del Estado tuvo a bien la ocurrencia de incluir en su informe anual a Futuro Vegetal y Extinction Rebellion en el apartado de terrorismo nacional, por más que después tuviera que retractarse medio de mentirijillas), hayan sido contra los cristales que las protegen (se protege más un cuadro que a una familia desahuciada), sus marcos o los muros donde cuelgan. De hecho, Sam y Alba, las dos activistas climáticas que pegaron sus manos a los marcos de las majas de Goya, lo tenían muy claro tras su detención: «decidimos no lanzar nada a las majas porque no tenían cristales y queríamos proteger ese patrimonio». Encima, sensibilidad. ¡Al paredón! Claro, que también han cortado carreteras o entrado en pistas de aeropuertos obligando a detener el tráfico terrestre y aéreo con el consiguiente prejuicio para la sociedad en general y el capitalismo en particular; medio millón de euros en desperfectos han ocasionado. ¡Terrible osadía! Dinero que tendrán que pagar de su bolsillo, por supuesto, no como, por ejemplo, la sanción impuesta por la UE a España de quince milloncetes del ala más 89.000 diarios por no ajustar a tiempo la normativa a la Directiva europea de protección de datos personales. Esa, la pagamos todes les contribuyentes, faltaría más, como los más de setenta y cinco millones en multas desde 1997 por constantes incumplimientos de la normativa; en el pódium estamos: los segundos de toda la Unión. Cuestión de prioridades, como sabe hasta el menos astuto de los seres humanos: en seis años, España facturó 2.000 millones de euros en armas empleadas en la guerra de Yemen, y no pasa nada porque, es evidente, la muerte de miles de civiles en un país que por lo menos el 75% de la población del país no sabe ni señalar en el mapa importan menos que Los girasoles de Van Gogh, aunque, insisto, la tomatada de ese día, se la llevara el vidrio que los protegía.

Resumiendo, vaya, por si se me está yendo la pinza. ¿A quién joden las acciones noviolentas del activismo climático? Al sistema. ¿A quiénes jode la otra parte de la ecuación? A las personas. ¿A quién se castiga y se persigue? A la primera parte de la ecuación, como ha sucedido toda la vida: insumisión al ejército, objeción fiscal, Open Arms… Ya digo, vergüenza ajena.