10D. Concierto en Madrid

Mi buen amigo Liteo Pedregal, uno de estos artistas multifaceta (director de cine, compositor, escritor…) presenta en Madrid su libro «El tiempo de las musarañas», una novela coral sobre la paz, repleta de misterio, pero sin sangre ni asesinatos. En dicha presentación tocaré algunos temas y, posteriormente, en el Café Cuplé, en un espacio reservado habrá un concierto.

Gracias a Liteo por invitarme a compartir ese momento tan importante para él.

22N: Acto por el Día contra la Violencia Machista

Aunque lleva uno sin demasiadas ganas de muchas cosas (creo que, en parte, debido a las consecuencias mentales de la pandemia a largo plazo después de meses y meses de estrés por mi puesto de trabajo) y con el blog abandonado a su suerte, llegan oportunidades de sentirse feliz y halagado. En este semana han venido dos: la primera la expongo a continuación, a la segunda, relacionada también con el 25N, le dedicaré otra entrada.

Mañana, el Centro de la Mujer «Nueva Aventura» organiza un acto por el Día contra la Violencia Machista. Participarán las mujeres que forman parte del taller de teatro y en la actividad presentaré de nuevo mi novela «Yo, tú… él», un tanto castigada sin querer por el inicio de la pandemia, acompañada de una amiga feminista de las de verdad, Macarena, aunque le cueste que se diga, y a quién haré los coros cuando cante un tema que compuse hace un par de meses sobre la violencia machista: «No es amor».

No se puede estar mejor que rodeado de personas que quieres y que te quieren.

Resaca conciertos Trebujena y Cañero

No está uno acostumbrado a tocar dos noches seguidas y a acostarse a horas intempestivas para gente de mi edad, una edad provecta (no somos los Rolling), pero todo mereció la pena.

Del certamen de Trebujena nos vinimos con el segundo premio (y ninguna foto de la actuación, así somos en nuestra dejadez) y un buen lote de gente maja, aparte del lote en sí de tres botellas de vino de la comarca.

En Cañero disfrutamos del ambiente, de la infancia que se apoyó en los escalones del escenario y de la generosidad en los oídos del público, entre quienes se encontraban activistas feministas a las que nunca puedo dejar de admirar.

¡Ay si el ayuntamiento trifachito supiera lo que había subvencionado! Se cortaba las venas.