En la semana en la que se ha celebrado el Día Internacional del Síndrome de Asperger se hace necesario rescatar la reciente joya cinematográfica de Adam Elliot, Mary & Max, quien debutaba como director de largometrajes sorprendiendo a propios y extraños a pesar de contar en su haber con un Oscar.
Imposible describir con palabras los sentimientos que afloran mientras se visiona este excelente filme de animación stop-motion. Una maravillosa historia donde convergen el amor, la amistad y la necesidad de sentirnos queridos a pesar de la soledad a través de la vida de dos personas casi opuestas, pero que no se hallan en el mundo.
Necesaria.