Insolente

      ¡Qué insolente Britney Spears solicitando la retirada de la tutela que su padre ejerce sobre ella desde 2008! Todo el mundo sabe que es por su bien, que una niña que ha protagonizado algún que otro episodio de desequilibrio emocional no puede manejarse en la vida. Menos mal que están los juzgados para mantener el orden y la evidencia. Joder, igual que todo el mundo sabe que Winona Ryder era una drogadicta y una ladrona, no como Russell Crowe, que a pesar de apalear a algún que otro conserje, también a uno de sus guardaespaldas o arrancarle de un bocado un trozo de cuello a un tipo en un bar, lo que tiene es mal carácter y esos detalles son si acaso anécdotas.

      Si a todos los tíos que arman escándalos y se comportan como verdaderos animales, o que consumen drogas o no son ni capaces de leer una línea por llegar alcoholizados al set de rodaje se les pusiera bajo tutela o se hablará de ellos tanto como de Marilyn Monroe, o Amy Winehouse, no habría juzgados ni lenguas bastantes en el mundo para contenerlo.

     Patricia Karina Vergara Sánchez es una poeta mexicana, que reúne todos los requisitos posibles para ser despreciada: india, con cara de pan, lesbiana y gorda (lo dice ella misma), no como la Britney, a la que se controla a pesar de ser blanca, hetero, occidental, mona y rica. Por eso, Patricia escribe cosas como esta, desde su insignificancia, desde su insolencia.

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Las personas curvas

    Cada vez me da más asquito leer lo maja que trata de ser la gente que quiere gobernar. Su insistencia en vender su santidad y rectitud, aunque sea a fuerza de decir una cosa hoy y otra mañana, sea sobre el Rey, sobre las mascarillas o sobre el sindicalismo.

    Y ¿qué decir de las ideas rectas, que no se salen ni un gramo por ningún lado? Firmes, aunque sean de lo más insensato, y tan capaces de esquivar la verdad o la decencia con tal de tener razón.

   Se hace menester, en estos tiempos rectos y falsarios, recordar el poema del pensador libertario Jesús Lizano, muerto no hace tanto y que nos dejó su amor a las cosas curvas, quizá porque son las únicas de verdad.

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El dolor

Sacrificio en viernes santo, by S. Alexis

      Otra de cofradías. Córdoba, finales de marzo; no es culpa mía, a ver, se alían todos los astros. Y el que suscribe que, por quedarse corto o pasarse de largo, se mete en el embolado.

      Esta mañana a ver el ensayo del paso de una virgen, con mi sobrino, que le gusta más una procesión que a un político las loas. No tiene uno bastante con las salidas procesionales de verdad que desde hace un mes todas las cofradías se ponen a ensayar con sus costaleros (el masculino no es genérico) por las calles de la ciudad ante la atenta mirada de los viandantes a quienes parece importarle bien poco que ni lleven sobre las andas la preceptiva figurita de madera.

      No lo entiendo, y a veces, como hoy, lo he intentado. Ese arduo espíritu de sacrificio, de ensalzamiento casi agónico del dolor, ese cruel concepto de un dios veterotestamentario y medieval que se goza con nuestros sufrimientos y nuestras fatigas y que necesita de nuestra penitencia para sentirse resarcido de nosébienqué.

      Ya digo, lo intento, pero me imagino a Jesucristo y a su mamá querida echándose las manos a la cabeza contemplando los rostros y los cuerpos crispados de los costaleros aguantando en sus hombros 1000 kilogramos de peso (al andamiaje del cristo habría que sumarle unos 500 más de propina) equitativamente repartido «tos por iguá, valientes». Que no veo yo valor por ningún lado, leñe, sino inconsciencia y cumplimiento.

     Dios me perdone, pero de lo máximo que he llegado a acordarme es de este poema de Amalia Bautista, que no voy a jurar que firmaría el maestro de Galilea, aunque es probable que lo escuchara con más gusto que una saeta en la Carrera Oficial.

EL DOLOR

El dolor no humaniza, no ennoblece,
no nos hace mejores ni nos salva,
nada lo justifica ni lo anula.
El dolor no perdona ni inmuniza,
no fortalece o dulcifica el alma,
no crea nada y nada lo destruye.
El dolor siempre existe y siempre vuelve,
ninguno de sus actos es el último
y todos pueden ser definitivos.
El dolor más horrible siempre puede
ser más intenso aún y ser eterno.
Siempre va acompañado por el miedo
y los dos se alimentan uno a otro.

Vladímir Vysotski

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The Wolves Of Chabriere by Oberon7up

     Me acordé de sus poemas con todo el temita -francamente desolador y fascistoide- de las respectivas condenas a Cassandra y Strawberry por algunos chistes de mal gusto. La vilipendiada libertad de expresión.

     Vysotski tampoco fue muy aplaudido en su U.R.S.S. natal, pero no es de extrañar. Era también demasiado chistoso y la ironía de muchos de sus poemas y canciones hacían gracia a casi todo el mundo menos a quien partía el bacalao.

     El artista polifacético nacido en Moscú fue una especie de mosca cojonera, popular e influyente en el pueblo y en la cultura rusa e ignorado metódicamente por el régimen. Algo de lo más habitual en este tipo de insectos si se puede no dar demasiado pábulo a su zumbido. Y si a uno le da por ser cantautor y poeta  en un país donde la industria discográfica está monopolizada por el estado con no publicar su obra ya está todo el pescado vendido. Sólo le dejaron ser actor, porque las frases ya venían escritas en el guión. Sigue leyendo