Acerca de Rafa Poverello

Más allá de la falsedad del nombre, pues no soy pobre ni aunque quisiera en virtud del bagaje socio-cultural del que me es imposible escabullirme, mi espíritu anda de su lado, no porque sean buenos, sino porque se les trata injustamente.

Regala justicia

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Different nationalities, by Alexas

No es cuestión de sensibilidad,  de que se cae más el moco en estas fiestas. No es que haya que detenerse en la compasión, en que pega ser más solidario o solidaria.

     Este año, más que otros para esta Europa de chirigota que habitamos, ha sido de forma increíble habida cuenta de los precedentes, aún más vergonzoso e indignante que otros. Porque todo nos ha explotado en la cara y nos ha seguido dando igual.

     No es cuestión ni de solidaridad, sino de justicia. Que ni en los regalos, ni en las comidas, ni en cada paso que demos en estas fiestas, seas ateo, agnóstico, católico apostólico y romano o de otra religión olvidemos nuestra responsabilidad. Los dolores humanos con los que hemos colaborado o sido cómplices.

      Que ningún impresentable salga beneficiado de nuestras compras y de nuestra supuesta y obligada felicidad. Aunque sea un paso minúsculo, incluso las tarjetitas navideñas pueden se otras, Algunas en las que en vez de bolitas, portalitos y sagradas familias en paz, seamos capaces de seguir recordando a las familias refugiadas, que siguen sin un puto portal.

     Os dejo ideas. Doce. Porque doce son los meses y navidad y justicia son necesarias todo el año.

     ¡¡FELIZ NAVIDAD!! Y justa. Sigue leyendo

Deberes: la injusta obligación

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     Deberes. La palabreja de marras no se libra de la quema ni en las primeras definiciones que muestra cada una de las dos acepciones del Diccionario de la Lengua Española:

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    Obligación. No hay más. Y el asunto se pone aún más serio si recurrimos a los significados que devuelve el verbo obligar, que aún es más clarificador.

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     Claro, que es que a los nenes y nenas hay que obligarlos, porque aunque ellos no sean capaces de razonarlo resulta que es un bien para su futuro, tan halagüeño y esperanzador. Porque de esos deberes son a los que me quiero referir.

     Podríamos decir que dicho argumento es sumamente subjetivo y puede ser sometido a debate y análisis sin demasiados esfuerzos lingüísticos ni metafísicos, pero el caso es que, aparte de que mandar deberes a casa sea o no condenar a una criatura a galeras, hay un aspecto bastante más esencial y con el que me encuentro con demasiada asiduidad como para pasarlo por alto.

    Dos situaciones reales que dudo puedan ser casus belli para quien se atreva a leer estas líneas. Sigue leyendo

La esperanza y otras jerigonzas

Looking Through The Barbs

Looking Through The Barbs by InayatShah

    Hoy toca hablar de esperanza. Quizá por que estamos en adviento y aquella devota obligación de no perderla pueda ser influencia de la cultura judeo-cristiana.

     Pues eso, como decía, vamos a ver cómo andamos de esperanza, que me han contado un par de historias este viernes pasado la mar de interesantes para tomarlas como vara de medir.

     Le preguntaron a una refugiada siria que por qué huían del país.

    – Isis me quería obligar a hacer cosas que no quería –contestaba.

    Como no les hacía demasiado caso la separaron de sus hijos, la encarcelaron, la torturaron y le hicieron pasar días y días sin apenas comer ni beber. Al cabo de un tiempo comenzaron a tratarla mejor. Dejaron de golpearla y le daban de comer buenos manjares todos los días.

     – ¿Por qué ahora me tratáis mejor y me dais de comer? –preguntó a sus captores.

     – ¿Por qué? Verás, estos días te has estado comiendo a uno de tus hijos.

     En una charla sobre Derechos Humanos en Palestina tomó la palabra uno de los asistentes. Era árabe y había pasado hacía cosa de un año veinticuatro días en Palestina.

     Nada más aterrizar en el aeropuerto internacional de Ben Gurión en Tel-Aviv comprobó en carne propia en qué consistía eso de los derechos humanos en Israel. Por el mero hecho de ser árabe ya lo separaban del resto de la fila de turistas, lo retuvieron diez horas, en las que lo cachearon, lo desnudaron y tuvo que darles hasta el número de cuenta y contraseña. Estuvo alojado en la casa de un palestino que estaba siendo vigilado por el estado por publicar en Internet las atrocidades que el ejército israelí llevaba a cabo en la zona contra la población civil. Dicho ciudadano árabe era viudo por dos veces y había sido testigo del asesinato y violación de ambas esposas.

     Cuando la persona que estaba transmitiendo la historia regresó a España recibió la noticia de que su casa de acogida en Palestina había sido gaseada y habían asesinado al propietario. Sigue leyendo

«Gabriela, clavo y canela» (1958)

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Jorge Amado by JMDO

    Decir que en la década de los 50 el machismo campaba a sus anchas por todo el mundo resulta, obviamente, una perogrullada. Que podía considerarse que en Sudamérica aún gozara de más contundencia también sería como para ganar un Pulitzer. Ahora, hablar mínimamente de feminismo y de liberación de la mujer e incluso plasmar esas ideas de manera metódica en una novela, y más por parte de uno de los más ínclitos literatos de tu país, sí puede ser decir palabras mayores.

    Lo curioso del caso es que, encima, dicha novelita de marras sea un éxito en el país de publicación y de origen del autor, Brasil, y que hasta se corra la voz de que Jorge Amado ha cambiado de registro y se ha vuelto romántico. Lo mismo es que no hay peor sordo que el que no quiere oír.

    Jorge Amado no lo pasó bien. Su afiliación desde joven al Partido Comunista tuvo que pagarla y se exilió a Europa hasta mejor ver. Sus novelas eran un absoluto y machacón golpe en la nuca a la explotación, a la dejadez de los gobiernos. Siempre protagonizadas por personajes de baja escala económica.

    Quizá supuso un alivio para los de arriba que se publicara “Gabriela, clavo y canela”, porque debido a la común estulticia de quienes se dedican a disfrutar de las cosas y nunca pensarlas (advierto que pueden hacerse las dos cosas a la vez) llamó la atención el extraordinario fresco que nos presentaba de un pueblecito brasileño, de los que todos conocen, con sus coroneles/terratenientes que explotan al pueblo, con sus violencias, con sus historias comunes… en donde se cuela una bella historia de amor que no se sabe si es o no correspondido. Corin Tellado, vamos. Sigue leyendo