«Touki Bouki» (1973)

     Para aceptar que el colonialismo es terrible para la cultura, la economía y el avance sociopolítico de los países que lo sufren solo hace falta echarle un ojo a la historia con un mínimo cupo de objetividad. Quienes han opinado (y aún opinan sobre el neocolonialismo industrial y/o tecnológico) que si no fuera por la santidad propia de occidente Dios sabe qué hubiera sido de África, por poner un poner, y en qué estadio inferior se hallarían sus toscos habitantes es que vive de puta madre mirando los realities de la tele.

     El director senegalés Djibril Diop Mambéty solo realizó dos largometrajes: este que nos ocupa y, 20 años después, «Hienas». Obviamente, no puede ser casualidad las coincidencias entre ambos. Touki Bouki significa el viaje de las hienas en wolof, idioma de Mambéty, y en otros de sus cortometrajes o mediometrajes, el director ha empleado dicho animal como símbolo de la maldad en el ser humano. Mambéty, un fiel adepto a la idea de que el capitalismo y la sociedad occidentales han destruido las tradiciones y el modelo social africano, lo tiene claro desde las primeras escenas del filme, y da buena cuenta de qué va el tema:

  • Escena uno: un niño subido en una res por caminos de tierra.
  • Escena dos: un matadero descuartizando una res.
  • Escena tres: dos chicos sobre una motocicleta con unos cuernos de res en el manillar camino de la autopista.

     Y una historia enfocada en la huida, quizá innecesaria, hacia París, tratando de conseguir el dinero a toda costa.

     Puede uno encontrar de todo en esta cinta, considerada por muchos críticos como una de las mejores películas africanas de todos los tiempos junto con «La noire de…»: influencias claras de la Nouvelle Vague, de Buñuel  e incluso del cine de carretera tipo «Easy Ryder».

    Nunca es demasiado tarde para ver cine africano y salir de nuestros cómodos sillones hollywoodienses.

«Héroes y villanos» (Vídeoclip)

Menos mal que tenemos el SARS-CoV-2 para que nos quedemos en casa y podamos darnos a hacer pavadas de las que nunca tiene uno tiempo.

A ver si solo los Celtas Cortos y un grupejo de famosetes van a inflar las redes cantando desde sus casas el Resistiré. Nos toca a Poverello y Cía con «Héroes y villanos versión coronavirus 2020. Esperamos que lo disfrutéis.

Sin corazón

     Ese soy yo; mejor así antes de que me lo suelte alguien después de leer lo que expreso con absoluta franqueza en los parrafitos subsiguientes. Trataré, no obstante, de abrazar la máxima del poeta y dramaturgo francés Jules Renard cuando comentó aquello de que «no soy sincero, incluso cuando digo que no lo soy» para que podáis acogeros siempre al beneplácito de la duda antes de poner en entredicho mi calidad como ser humano.

     En mi caso, a fin de no romper mi voto de obediencia hacia mí mismo cuando decía la semana pasada que no era buen momento de hacer leña del árbol caído del gobierno y de la oposición (llegarán tiempos mejores) simplemente me ha dado por reflexionar (en voz alta pero con profundo respeto a lo que cada cual se siente en condiciones de hacer) sobre los colectivos y gentes de buena voluntad, incipiente solidaridad y fe inquebrantable en unos tiempos de crisis social como pocas veces han existido. Sean ellos y ellas ateos, agnósticos o creyentes de cualquier credo. Procuraré ser breve.

     Poco más de un mes de cuarentena. El tejido social y asociativo y las personas sencillas y de bien se han visto en la perentoria necesidad de buscar alternativas ante las situaciones que están padeciendo (y van a seguir padeciendo) determinados grupos de riesgo desde el inicio del confinamiento. Muchas de las iniciativas propuestas están enmarcadas dentro del ámbito local, pues cada ayuntamiento y cada Comunidad Autónoma, más allá de las directrices del Gobierno central, han establecido protocolos y normativas propios y puede resultar más eficiente en estas ocasiones dar respuestas concretas a situaciones concretas. A nivel estatal, colectivos como PAH (Plataforma de Afectados por la Hipoteca), Cáritas Española, APDH (Asociación Pro Derechos Humanos) o REAS (Red de Redes de Economía Alternativa y Solidaria) han elaborado diversos documentos de denuncia y/o propuestas de apoyo frente al COVID-19. La mayor parte de ellas dirigidas de manera expresa a las administraciones públicas. Sigue leyendo

Entre líneas (Distrito 93) – Rafa Poverello

     Voy a grabar más vídeos para la peña en esta cuarentena que en el resto de mi vida.

     Como ahora hay tiempo hasta de leer, mejor que os recomiende mi segunda novela, «Yo, tú… él», que otra cosa. Aquí hablo un poquito de ella y leo parte de uno de sus capítulos.

     Está en la página de Facebook de Distrito 93, pero si comparto desde ese enlace ya no sería yo.

     PD: mientras, sigo escribiendo en una libreta la de cosas que voy a criticar, pero de gordo, cuando no sea del todo antipatriótico hablar largo y tendido sobre determinada gestión de la pandemia.