Ya firma libros cualquiera: hasta yo.
Os espero el 22 de abril a las 13:00 en la Feria del libro de Don Benito.
Ya firma libros cualquiera: hasta yo.
Os espero el 22 de abril a las 13:00 en la Feria del libro de Don Benito.
El pasado sábado, día 1 de abril, dentro de las jornadas «Herramientas de acción comunitaria para avivar la participación ambiental», elaboramos este vídeo para la mesa de experiencias «La obligación de decrecer. Medio ambiente y exclusión».
Tres personas de Moreras, un barrio empobrecido de Córdoba, desde la obligación en la que se encuentran de vivir con menos, nos hacen reflexionar sobre la obligación del occidente rico de vivir con menos para hacer frente a la crisis climática y global.
No hay que romantizar la pobreza y la injusticia, pero tampoco el consumo y el derroche.
Uno de los miniestragos causados por la pandemia de COVID-19 fue la cancelación, en diciembre de 2021, del décimo aniversario del proyecto con el que me siento más identificado: El Mercao Social.
Como no hay santo sin octava, tocó celebrar el 10+1, que también tuvo que atrasarse en diciembre pasado por causas meteorológicas. El sábado 18 de febrero fue, con mucho cariño y mucha peña que piensa en un sistema económico y de relación distintos, que es el primer paso, imprescindible, para cambiarlo de verdad.
Allí colaboramos de pinche y con un concierto postcomida, que no es lo más recomendable nunca, porque la gente está en las cosas más «amenas» del compartir, pero me apetecía lo suyo.
Gracias a toda la peña de La Teje, militancia y socias, porque me hacen creer, de verdad, que otro mundo es posible. De verdad de la güena.
La poesía no es precisamente un género que atraiga a las multitudes, por eso es más de agradecer todavía la asistencia a este acto pequeño y sencillo, de manera más concreta y especial a aquellas personas que tuvieron la osadía de asistir sin conocerme de nada. Espero que no estén en proceso de arrepentimiento.
Un abrazo y mucho cariño al periodista, y sin embargo amigo, Víctor RH, y a mis compas de grupo May y Fran, que me acompañaron en dos canciones compuestas a partir de sendos poemas.
Y gracias también a Juan Manuel, a través de quien se nos cedió la sala Sánchez-Sevilla de la Biblioteca Central.
Comparto la nota de prensa del Diario Córdoba, algunas fotografías y el recitado de uno de los poemas incluidos en el libro, Los segundos adioses, que transcribo al final de esta entrada.
Los segundos adioses
Detesto los segundos adioses,
son sombra sobre sombra,
inútilmente oscuros
como si jamás bastara la primera sacudida
para lograr suficiente daño autoaflijido.
Los detesto
porque son intrínsecamente detestables,
dan náuseas y escalofríos,
se asemejan a una cicatriz en el jarrón que cae
por segunda vez
sin gozar de la esperanza amarga del primer adiós
ni de su soledad asumida.
Son hienas furtivas
los segundos adioses,
que hibernan en lo frío del alma,
baldíos, exánimes, ignotos,
añorantes de pasado,
angustiados de futuro,
caducos de un presente que revela
el miedo más irreductible
y no acierta a descubrir
si lo ama más
o más lo teme.
Detesto los segundos adioses,
su fe agnóstica,
pues
si bien podría resultar hasta probable