«The Woman Who Left» (2016)

Lav Diaz, by wise_kwai

    He oído decir reiteradamente de Lav Diaz que es un magnífico director. Digo que lo he oído porque «The Woman Who Left» es el primer filme suyo que he tenido el placer de disfrutar y no va a tener uno la desfachatez de generalizar y ponerse a hacer un estudio de sus bondades con solo una muestra. 

    La verdad es que, las películas de Diaz, son sin duda de las que tiran para atrás: filipino, exponente del cine lento, fotografía en blanco y negro y de una duración que haría palidecer de insignificancia a «Lo que el viento se llevó». De hecho, «The Woman Who Left» (con la que rompí mi virginidad con el director), a pesar de sus 3 horas y 48 minutos de eslora, se encuentra de largo, entre las más cortas. Y gracias a la generosidad de Diaz al realizar un filme de menos de cinco o seis horas creo fehacientemente que ha conseguido un nuevo acólito.

    Aunque Diaz lleva rodando desde la década de los noventa del pasado siglo, su cine permanecía desconocido en occidente hasta 2013, cuando su película «Norte, The End of History» fue seleccionada para su proyección en la sección Un Certain Regard del Festival de Cannes. No pasó entonces a ser director de masas como es fácil de entender, si bien su obra comenzó a acumular galardones en diferentes festivales; el último el año pasado con la cinta que nos ocupa, que se alzó con el León de Oro en el festival de Venecia.

    Pero ya sabemos que los premios son, en realidad, lo de menos y a veces un estímulo para decidirse a no ir a ver una película so pena de morir de sopor o de indignación, que sería peor. No es el caso: tras terminar de ver «The Woman Who Left» tuve la experiencia mística de haber asistido, después de muchos años, a un nuevo estilo a la hora de entender el séptimo arte. Últimamente solo había tenido esa sensación con Béla Tarr y Hong Sang-soo. Todo ello obviando el hecho nadas desdeñable de que Diaz, aparte de director, suele ser el guionista, director de fotografía y productor de todas sus películas.

    Diaz maneja los tiempos, los espacios, la trama de una manera brutal y, aunque su predilección siempre ha sido el drama, ha sido capaz de indagar en todos los géneros (su último filme flirtea con el terror) desde una perspectiva de denuncia social y política de la que hace gala sin ningún reparo en «The Woman Who Left». Porque lo de menos es la necesidad imperiosa de venganza de la protagonista, Horacia, una mujer que ha pasado 30 años en prisión tras ser traicionada por su expareja; lo trasversal, lo que infunde pleno sentido al relato, es la miríada de personajes secundarios (o quizá no tanto), procedentes de la marginalidad, la exclusión y la discriminación que emergen en el mundo desasosegado de Horacia y son capaces de mostrarnos sus valiosas entrañas y su solidaridad por encima de la recurrente idea de acabar con el hombre que destruyó su vida.

    Decía un tanto injustamente el libro de Ezequiel en su capítulo 18 que «si el impío se aparta de todos los pecados que ha cometido, (…) ciertamente vivirá, no morirá. Ninguna de las transgresiones que ha cometido le serán recordadas; por la justicia que ha practicado, vivirá. (…) Pero si el justo se aparta de su justicia y comete iniquidad, (…) ninguna de las obras justas que ha hecho le serán recordadas; por la infidelidad que ha cometido y el pecado que ha cometido, por ellos morirá». En la película de Diaz, la idea de justicia está bastante alejada de cualquier sentido poético o clarividente, pero lo que resulta obvio es que Horacia es buena gente, tanto que su decisión de cometer una iniquidad (o una justicia) sí que podría incluirse sin recelos en un cosmos tan parco en solidaridad social como repleto de generosidad individual.

     Dejo uno de los tráileres de la película y enlace de descarga directa vía eD2k:

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