La felicidad de alcanzar un buen nivel de consumo.
La dicha de tener un puesto de trabajo.
La libertad que te otorgan ambos.
El chute de realidad de conseguir sendos objetivos y sólo llegar a ser un autómata, un esclavo, un ser sometido a lo que marca la violencia del sistema. Acomodarse.
Erik Gandini, en un contundente y sistemático documental, nos introduce con un estilo visual impactante y una música acompasada a golpe de martillo y de palabras acordes en el estresante y ansioso proceso de la alienación del individuo y de la masa hasta alcanzar el vórtice de la estulticia humana.
Por encima de compartir o no la idea de violencia del filósofo anarcoindividualista John Zerzan -a quien el director otorga gran peso en el filme- su teoría sobre la lucha, el control social y la lobotomía de la especie humana es tremendamente precisa: “la insensatez es sentarse ahí, drogándose, mirando la MTV. Y luego consigues un trabajo y te sometes. Para mí eso sí es violencia”.
Cincuenta minutos para la reflexión. Para mirar nuestra vida. Nuestras decisiones. Y plantearse si aún estamos en disposición de quitarnos los grilletes.
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No te vas a arrepentir. Además, el montaje es muy bueno.
Gracias por comentar 🙂
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Me lo apunto, para cuando tenga unos minutos libres. ¡Gracias por compartir!