A veces tiene uno iniciativas que surgen por una memez, por un comentario a vuela pluma de alguien a quien quieres.
–¿Sigue habiendo cuentos clásicos alternativos en la Teje? Tengo que ir a mirar, que me paso todo el día tuneando la Cenicienta a Vera.
No lo dije, porque no sabía el tiempo del que iba a disponer, pero lo pensé de inmediato. «¿Y si me pongo y hago yo uno?». Y lo que comenzó como una tontada, sacando imágenes y dibujos de aquí y de allá, para no tardar mucho en rematar la faena, se convirtió en el cuento que viene a continuación: «La Cenicienta que no era doncella». Será que conozco a Vera, y que sé que le gustan tanto los trajes de princesa y los príncipes azules como su madre los detesta.
Como digo en la dedicatoria del cuento: Para todas las familias que sueñan un modelo diverso de educación.
Y gracias a todas las mujeres que cada día me han ayudado a ser menos machoman. Entre ellas, Macarena, la mamá de Vera.
Para leer el cuento o descargarlo puedes pinchar aquí o encima de la portada.