Como uno no es famoso, ni conocido, ni nada que se le asome, pues le hace ilusión que, de repente, en un mismo día y desde contextos totalmente distintos, aparezcan en la red dos reseñas de su novela «Mishasho».
La primera en una revista web alternativa de cultura, Arte-factor, y la otra en una página muy familiar donde compartir lecturas de la que soy usuario desde hace bastantes años: Sopa de libros.
Pues gracias a uno y a otro, lo primero por leerme sin cortarse las venas (digo yo), y lo segundo por vuestra generosidad y sinceridad.
Lecturas descompuestas hoy: Mishasho de Rafa Poverello
Poverello nos cuenta la historia de unos personajes víctimas de la adicción y nos hace ver como sufren, viven e incluso intentan vencer al demonio de la droga, y como tanto sus actos, decisiones e incluso palabras pueden llegar a afectar a las personas que más te quieren. Mishasho es una historia muy humana, llena de sentimientos y frustraciones, pero también es una historia que nos ayudará a comprender e incluso sentirnos identificados con los personajes y sus vivencias e un mundo donde mirar para el otro lado y hacer como que “aquí no pasa nada” está a la orden del día.
Sopa de libros: Sorprendente envidia
Una (¿sencilla?, más sobre ello más adelante) historia coral alrededor del submundo de pobreza que se esconde en nuestra consumista sociedad nada más cruzar dos calles que ¿no debías?, como muy bien recoge la sinopsis. Un libro para reflexionar y leer despacio a la vez que se disfruta porque además presenta una estructura no lineal, con bastantes personajes que, como un puzle (aunque nada especialmente enrevesado), te obliga y tienta a ir atento disfrutando de las conexiones entre las diferentes piezas. Incluso con alguna sorpresa (al menos para mí) como puede ser el ocupante de cierto vehículo en cierta escena.
Como si escuchas en el cole a alguien hablar bien de tu nene o de tu nena 😉 .
Si yo me pongo feliz como una perdiz cuando alguien hace un comentario en mi blog, que lo hagan de tu criatura debe ser increíblemente mucho más.
Gracias, ‘mano’, me ha hecho mucha ilu. Así soy de pavo 🙂 .
Me alegro 🙂