Y moriremos incoherentes

A todos y todas las compis de las redes libres,
de quienes he aprendido a ser mejor persona.
Sobre todo con quienes más me he peleado.

 

supremacy_by_kalessaradan

Unity by kalessaradan

     «La izquierda está dividida», «la izquierda no se pone de acuerdo», «diferentes partidos de la izquierda»… Es una letanía lo de la izquierda, y me llevo acordando de ella día sí día también al menos una semanita. De su lunes a su domingo. Puede que la derecha, por generalizar también, sea más homogénea (si exceptuamos a los socialistas, claro, que ya no sabe uno si ejercen de la derecha, de centroderecha, de mediocentro o de lateral derecho), y que solo se peleen cuando llegan las elecciones para ver quién es más radical privatizando los servicios públicos, hablando de Venezuela, de aplicar el 155 o de hasta qué punto hay que machacar a la población inmigrante sin que la UE se te eche encima. Sí, es una exageración, pero no mucha.

    Pero si lo de ser de izquierdas es jodido, porque ante determinados desacuerdos va alguien y monta un partido político nuevo, lo de tratar de ser activista alternativo es de traca. Cada dos por dos (que no por tres) no basta con tener que escuchar las puyas de los enemigos, sino también las críticas de amigos y compañeros de lucha. Sería difícil determinar si el asunto es cuestión de superioridad moral, de necesidad de autoafirmación o de que, como resulta obvio, ninguna alternativa va a ser jamás 100% coherente y es posible sacarle punta. Porque, si en algo hemos llegado a ser especialistas la gente alternativa, es en sacarle punta a todo, pues somos tan tan alternativos que hasta las opciones alternativas nos parecen cutres. Y lo malo del asunto no es la crítica o la información, que nunca vienen mal (gracias a ello, por ejemplo, estoy pensando seriamente en migrar el blog a un servidor colectivo como noblogs), sino que podemos caer con espontánea contundencia en los brazos despiadados del juicio moral y de la destructiva excelencia. Decía Simone Weil respecto a la libertad y a la construcción de un nuevo modelo de sociedad que «en la medida en que el pensamiento planea por encima de la lucha social puede juzgar, no transformar». Así, en lugar de buscar puntos de cohesión o de fortaleza dentro de la heterogeneidad de los movimientos alternativos al capitalismo, a veces parecemos empeñados en ver lo incoherente de la opción del otro (quien ya sus luchas internas seguro que lleva) minimizando el esfuerzo, porque resulta que determinado modelo tampoco es perfecto, como nada lo es, o si puede llegar a serlo, al final va a resultar fallido ya que el ser humano destruye todo lo que toca.

    Podría decir que este hecho me cabrea, pero sería una mentira bien gorda; la mayoría de las veces me sonrío, porque generalmente no nos tiramos piedras, pero en un buen número de ocasiones tanta puñetera concreción me provoca estupor y pena, porque muestra nuestra fragilidad y nuestras debilidades. De este modo, los vegetarianos se sienten mejores individuos que los omnívoros, los veganos mejores que los vegetarianos y los frugívoros mejores que los veganos. Y se nos ve debatir hasta la saciedad sobre si Debian es 100% libre, si sólo hay que usar Trisquel, PureOS y aquellos sistemas y aplicaciones avalados por la FSF o si quienes se instalan Windows son unos indeseables o solo unos inconscientes. O acerca del uso del capital, faltaría más, y de las redes locales de consumo, de autogestión o de Faircoins, ya que en todos sitios cuecen habas. También nos centramos en los motores de búsqueda, en si es necesario usar o no Youtube, si es igual de perjudicial acceder a la plataforma de vídeos desde Hooktube… Lo mismo lo más coherente al final es pegarte un tiro en la sien para no tener que escuchar a alguien determinar un determinado número de flecos sueltos, aunque sean casi imperceptibles, en cada decisión que tomas. Porque en todas las cuestiones que planteamos hay flecos sueltos: dietas veganas no ecológicas, dietas ecológicas que no son de productos locales, dietas vegetarianas con aceite de palma mataorangutanes y mataelefantes…; Trisquel puede ser libre pero el hardware de tu ordenador, no; PureOS se vende muy bien como software libre, pero los portátiles de la empresa no lo son, aunque lo den a entender, o Stallmann, fundador de la FSF, quien no publica sus obras bajo licencias libres; y en referencia a modelos económicos alternativos las redes locales de consumo o mercados sociales no funcionan con trueque, e incluso los colectivos que usan este sistema suelen dar un valor de intercambio a los servicios, o Triodos Bank, que pertenece a la Antroposofía y apoya algunos proyectos cercanos a la homeopatía, o Fiare, que obtuvo en un año unos beneficios del 460% (vaya Banca ética del carajo que es hasta rentable), o que los Faircoins fomentan la misma maquinaria que nos invita a consumir y a consumir e incluso a ahorrar y a la postre es dinero que se usa y acabamos siendo siervos inmundos del neoliberalismo y de la sociedad de consumo; o que ya no se recomienda DuckDuckGo como motor de búsqueda porque no está claro su manejo de datos, y Hooktube es darle cancha al gigante Google porque contabiliza visitas, o que Devosi.org, Peertube o DTube no son opciones del todo fiables porque seguramente no son software libre o resulta que es mejor aMule que la tecnología P2P pues es la que comparte de verdad y no de semimentirijillas. Y seguro que podemos seguir con infinidad de causas, hasta el paroxismo: con Som energia, que ya son casi una empresa por número de personas asociadas y suben como la espuma; y fíjate los de Somos Conexión, que su servicio técnico es de Vodafone, vaya vaina.

     No me estoy inventando nada. Todos estos debates, críticas y/o juicios se han planteado dentro de colectivos en los que milito o entre miembros de redes alternativas. Y no digo yo que esté mal, que como decía, gracias a personas incombustibles he aprendido, aprenderé y seguiré aprendiendo, pero me preocupa que podamos caer en aquello que decía: herirnos en lugar de cuidarnos, de protegernos, de ayudarnos a hacer un camino distinto, aunque no sea perfecto.

     Y ayer me dio por hacer hipótesis a partir de mis experimentos con la verdad. Tomad aliento:

     Odio el capitalismo y las políticas neoliberales, pero resulta que tengo nómina y un curro, y para la mayor parte de los trabajos por cuenta ajena te exigen cuenta bancaria, así que, como ningún banco es coherente cien por cien, dejo el curro y me voy a vivir al campo a trabajar con mis propias manos, porque ninguna compañía de luz ni de agua es cien por cien coherente, pero resulta que para comprar semillas (que no sean transgénicas, claro), aperos e incluso arrendar el campo o la tierra necesito dinero o intercambiar, me pongo a ello y lo consigo todo, y cuando lo tengo todo me pongo a sembrar y me doy cuenta de que para sembrar necesito agua y por ley tengo que pagar impuestos de regadío, pero el ayuntamiento, el maldito, no acepta intercambios, por lo que, con gran tristeza tengo que cambiar mi modelo de vida y ponerme a trabajar a cambio de comida y cama, pero como eso es entrar en el sistema de esclavitud laboral que detesto, me acabo pegando aquel tiro en la sien. Todo ello sin entrar en el debate de que era feliz con mi bici, hasta que me di cuenta de que las ruedas de tal invento son de caucho y resulta que es bastante probable que haya sido recolectado en países empobrecidos a cambio de una jodida mierda e incluso que hayan empleado a niños, así que decido ir andando, con zapatillas bio y de comercio justo, por supuesto, pero no soy capaz de encontrar ese tipo de calzado en la zona, ¡sólo puedo hacerlo por internet!, pero para pedirlas no sólo necesito internet, que alguien me podría dejar, aunque tampoco sería responsable por mi parte usarlo si doy por hecho que ni una sola empresas de telecomunicaciones es cien por cien coherente, sino que me haría falta una tarjeta bancaria, ¡aaahhhhhhhhhhhhhhh!, así que decido ir descalzo, con los consiguientes problemas de ampollas y llagas en los pies, y cuando tenga que acudir al hospital o a una farmacia para curarme las heridas es importante que no se me olvide preguntarle al profesional de dónde leches han traído el algodón de las gasas hidrófilas.

     Moriremos incoherentes, fijo, porque nada ni nadie es perfecto, pero al menos que no confisquemos la esperanza durante el camino. Mejor valorarse que deprimirse, que ya cuesta sentirse rarito. Pondré de mi parte. Digo, aunque torpe soy un rato y pido perdón hasta por anticipado.

13 comentarios en “Y moriremos incoherentes

  1. Sé a ciencia cierta el cariño que nos tenemos la mayoría de las personas en las redes libres, como el caso último del debate respecto a la huelga general, y me encanta que, por norma general, al final nos invitamos a unas birras. Y no por dejarlo estar, sino porque tratamos de entender o respetar la postura contraria, pues confiamos en la bondad de la otra parte 🙂 .

  2. ¡Qué bueno! Tengo ese problema constantemente «¿tú que eres anarquista por qué haces X?», «¿por qué tienes un trabajo?» siempre respondo lo mismo: yo al menos lo intento, ¿tú que haces?

    La incoherencia es inherente al ser humano 😀

  3. Me gusto tu artículo muy directo. A veces de tanto críticar terminamos dando culto a nuestro propio ego y en el peor de los casos nos alejamos de la realidad, me he fijado que en esta época es de las cosas que más se buscan; la perfección y un ejemplo es las cirujías plásticas para parecer una barbie.

    Excelente contenido, revisaré tú blog más a menudo.

    Salud.

  4. Gran artículo. Y si, a ver, el problema de la «hipercoherencia» es el querer cambiarlo todo de un plumazo, al instante. Y nunca se ha conseguido algo así en la historia humana, es imposible. Por eso, es bueno saber esas carencias que las soluciones propuestas tienen, pero no por ello descartarlas, porque al final, te quedas en casa, con tu curro, tu nómina y que le den por culo a todo porque nada es «suficientemente bueno» como para cambiar las cosas.

    Hay que empujar en direcciones, recordando que la perfección es la enemiga de lo bueno, y que a veces hay que coger soluciones que sean buenas, aunque no perfectas, y saber que no lo son. Que hay margen de mejora, y cuando llegue el momento, las atajaremos o cambiaremos a otra solución buena, mejor, pero que seguirá sin ser perfecta.

    Gracias por el artículo!

  5. Me reía hasta yo escribiendo el último párrafo. Si vieras hasta qué extremos de raciocinio he llegado a veces con mis decisiones sería para darme de tortas. Menos mal que lo dejo a tiempo 🙂 .

    No seas malvado con lo de Weil, no vayan acumularse por aquí hasta las meigas, y sí que en parte va de la izquierda, porque la mayor parte de la peña alternativa es de izquierdas, y todo lo que uno piensa se extiende a toda su vida: política, familiar, social, cultural… Pero no cambio a mis compis por nada. Quizá sólo por la letra del himno de Marta Sánchez 😀 .

  6. Eres tremendo. Me has hecho dibujar una sonrisa al leerte. Hace tres semanas escribía en ese cuadernillo nuevo algo similar visto desde otro punto. ¿No has tenido otra cosa que hablar de Weil? No le des mucha publicidad a esta entrada no sea que te lean algunos hipercoherentes, y se lancen a hablar y comentar sobre Marx y sus derivados.
    La verdad absoluta no existe y cada uno defiende su verdad absoluta. La izquierda debería tratar de buscar acuerdos de mínimos, aunque caigan incoherencias personales pero si no se hace, complicado será avanzar.
    He disfrutado el artículo y se me ha hecho corto. Tengo entradas aparcadas desde hace algún año por no recibir palos hasta en el cielo de la boca y sobre todo (y esto sí que me afectaría) porque dejarían de hablarme o me bloquearían y dejaría de aprender tanto de ellos.
    Hay mucho que hacer, mucho que avanzar y si no se hace desde la incoherencia complicado será. La incoherencia que me caracteriza, comparto en la red del pajarito. Qué por cierto, cada vez me importa menos pero no por eso voy a evitar de publicar sólo cosas que considero interesante. Por cierto, por segunda vez, sólo publico cosas interesantes y esto hace que la cantidad que me lee es mínima. La coherencia en la izquierda es grande, ¡pero de esto no es de lo que se hablaba no?

    Un abrazo

  7. Como he comentado en gnusocial, tenía un poco de temor a no hacerme entender y que se viera la entrada como crítica más que como lo que es: absoluto respeto y admiración a todas las personas que, desde su incoherencia, buscan alternativas y luchan por un mundo más razonable, justo y solidario., y por otro lado el temor a que nos centremos más en lo accesorio.

    No tengo la menor duda de que, desde que estoy en las redes libres, he aprendido a ser una persona más coherente o, al menos, más consciente de sus incoherencias.

    Abrazotes, compi 🙂 .

  8. Jeje me gustó el artículo!
    tratamos de ser coherentes pero como dices siempre habrá lugar a la crítica…
    Lo mejor es respetar a quien respeta, comprender y un poco de ponerse en el lugar del otro…
    las críticas nos hacen mejorar y es un proceso largo y un destino con múltiples caminos…
    Saludos

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