Venta de armas: el egoísmo idiota

Air_strike_in_Sana'a_11-5-2015

    Tengo una compañera de trabajo que es tonta. Espero podáis disculparme el aparente exabrupto, porque en realidad no es tal si, obviando el significado coloquial que se atribuye a dicho concepto, nos atenemos al sentido primero que figura en el DRAE: dicho de una persona: falta o escasa de razón o entendimiento.

     Se llama Amparo la susodicha, es limpiadora, tiene sesenta y tres años largos y lleva currando desde que Franco era cabo. El caso es que habló con ella el representante de CC.OO., muy feliz, porque le informó de la magnífica posibilidad de jubilarse cobrando el salario íntegro en virtud de no sé qué acuerdos con la Seguridad Social y el Servicio de Empleo. Parece ser que, para sorpresa de propios y extraños, puso una cara rara, como si le hubieran propuesto amputarse un brazo, y tras pensarlo demasiado poco tiempo dijo que no.

     Honestamente me dan un poco igual sus motivos, que mucho tuvieron que ver con la desconfianza, con ver enemigos inexistentes y con no querer hacerle quizá un favor a una compañera más joven que se quedaría con su puesto de trabajo. Lo que tengo más o menos claro es que se comportó con un egoísmo tan estéril como idiota.

     No soy yo de los que piensan que el egoísmo, en alguna ocasión por ínfima que sea, puede resultar beneficioso siquiera para quien lo ejercita, pero hay ocasiones en las que su estulticia flagrante supera cualquier entelequia. El ejemplo es Amparo, y el comercio de armas.

     España -mientras su Gobierno en funciones se entretiene poniendo a caldo a Maduro, echándose las manos a la cabeza con los ataques del Estado Islámico, y comportándose como un genocida con la expulsión de las personas refugiadas- anda en estos últimos años entre el sexto y el séptimo exportador de armas del mundo, y es cuanto menos clarificador sobre su egoísmo idiota cuáles son dos de sus mayores clientes en la venta de armamento: Venezuela y Arabia Saudí. Lo crucial es llenarse los bolsillos, de las dictaduras y del terrorismo que luego nos afectan ya hablarán después en las tertulias de la tele.

     Como el discurso oficial respecto a Caracas es la inestabilidad del país y los peligros de que se ejerza presión contra la población civil, no preocupan que los más de 13 millones de euros percibidos en el primer semestre del 2015 sean por equipos navales que incluyen artillería y ametralladoras ligeras. Parece ser que las han mandado con un microchip que impide disparar y amenazar a los civiles que se hallen cerca de la costa. En lo referente a Arabia Saudí, huelga decir que lidera la coalición que se está encargando de desestabilizar toda la región de Oriente Medio mediante los bombardeos indiscriminados sobre Yemen. Parece ser también que los aviones de abastecimiento, los motores para cazas de combate y la munición (todo por el módico precio de más de 447 millones de euros durante el primer semestre) se obturan si pretenden ser usados para algo que tenga que ver con los ataques aéreos. Obviamente, buena parte de los refugiados que llegan a nuestras fronteras o se encuentran estancados en otras provienen de esta zona del globo (a finales de 2014, la ONU calculaba en 600.000 el número de refugiados o desplazados). Pero luego que a nosotros -que todos somos París y Bruselas- no nos toquen.

     Decía Francis Bacon que el egoísta sería capaz de pegar fuego a la casa del vecino para hacer freír un huevo. Estos de los que hablamos incendian la suya propia aunque se les chamusquen los huevos. Si ellos y ellas no pueden controlar el ansia de egoísmo estéril e idiota, de destrucción masiva, obliguémosles: desarma tus impuestos, ni un euro para la guerra.

     CAMPAÑA 2016 DE OBJECIÓN FISCAL A LOS GASTOS MILITARES.

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