– Pues en mi casa no entra un yogur desde no sé cuando.
Quien lo suelta como la cosa más habitual del mundo es el Chache; un abuelo de edad impredecible, con la cara arrugada como un higo seco y la mitad de los dientes inexistentes. Vive en el barrio periférico de Palmeras, dicho así por ser fino y usar un eufemismo de gueto, algo más ajustado y fiel a la realidad impuesta por otros de bolsillos menos tristes.
– Y un filete ya ni te cuento-continúa a imagen de quien reza el rosario.
Entre su mujer y él ganan unos setecientos euros, de la pensión de ella y de su ayuda al desempleo, pero los trescientos y poco de la madre de familia son fagocitados nada más caer en sus manos rugosas por las tripas insensibles de Endesa, Emacsa, Repsol… o las algo más pragmáticas del alquiler social y la comunidad. Los otros poco más de cuatrocientos tiene que exprimirlos como un limón de descomunales dimensiones para alimentar a las veinte o veinticinco personas -según la Rocío esté mejor o peor colocada en la casa de algún señoritingo- de diferentes edades y generaciones que a diario tienen la obligada manía de ir a comer a su domicilio.
– Mucho puchero. Garbanzos, judías, lentejas… un poco de aceite y de vez en cuando algunas patatas.
Interviene de inmediato como un torrente, tocado por similar experiencia personal cuasi traumática y con los párpados volcados por la tristeza, el miembro varón de la pareja más joven del grupo de familias que participan en el taller de Promoción.
– Mi hijo de tres años no entiende que estamos mal. Si me pide un zumo quiere un zumo, y si tengo que ir a por hierro o a por chatarra o a coger espárragos para comprarle un zumo pues hay que ir a por cualquier cosa.
(No huelga decir entre paréntesis, por aquello de no romper el ritmo de lectura del común de los mortales y no despistar del argumento principal cual si esto no lo fuera, que en la actualidad, en casi todas las regiones de España y supongo que para proteger una flora de tan alto valor biológico como el espárrago, la seta o el berro y no con el fin de recaudar fondos y putear al personal está sancionada hasta con la friolera de quinientos eurillos de nada la recolección de dichos productos botánicos que el monte ha dado a mansalva de toda la vida).
Muchos asienten, ninguno dice que no y alguno que otro se rasca la mollera como intentando cuadrar tipo tetris cómo coño estirar el salario social ni a base de guisos. A Dios gracias los pobres de verdad no suelen tener hipotecas, ni préstamos más allá del intento de engaño de Cofidis que acabó volviéndose en su contra, ni seguro médico. Eso sí, los muertos, que les llaman, los paga hasta el tato, no vaya a ser que en el vahído postrero vayan a enterrarlos en una fosa común.
Entonces toma la palabra Manolo, del colectivo de Barrios Ignorados, quien ha convencido sin exceso de esfuerzo al Chache para que dé una charla acerca de cómo sobrevivir a la desesperanza con cuatro duros mal contados. Lo que dice helaría la sangre incluso a Mefistófeles y va referido a la cáustica asignatura llamada “Educación Financiera”, que está siendo impartida de manera gradual en las aulas de tercero y cuarto de la E.S.O. y cuyo material ha sido elaborado por el Ministerio de Educación junto con la Comisión Nacional del Mercado de Valores y el Banco de España. Sí, las manos a la cabeza y un grito desgarrador de apertura de carnes: dar cuartelillo a esta mezcolanza de gente honrada donde las haya es como abrir la caja de Pandora y tirar el candado a la fosa de Las Marianas. La cosa, sin reelaboración literaria ni hipérboles, la explica con un cabreo de lo más esencial.
– A raíz de esto que estamos hablando, el otro día vi en un programa de la tele lo de esa nueva asignatura que están dando ya en algunos colegios-una de las madres se toca repetidamente el pecho con el dedo índice afirmando incrédula que también lo había visto-. Se trata de enseñar a los adolescentes cómo organizar la economía doméstica y se habla de dos códigos diferentes. En el código uno, que son los gastos que hay que atender primero porque son los más importantes están pagar la hipoteca, las deudas… y en el segundo ponen la alimentación, la ropa… Fijaos qué tipo de sociedad estamos construyendo, donde los bancos son más importantes que las personas.
Lo que el bueno de Manolo ignoraba en ese momento es que, dentro del programa de “Educación Financiera”, concretamente en su tema introductorio, lanzan una pregunta la mar de sencilla y cuya respuesta deja bien a las claras la ideología vertida como una tonelada de estiércol sobre las cabezas pensantes del alumnado: ¿Por qué debemos ahorrar? Obvio, verdad: pagar la universidad a los hijos, darles algo de seguridad u oportunidad, hacer al menos algún plan de vacaciones aunque sea una vez al año, apoyar a la familia… ¡Ay, almas de cántaro! No, para invertir y tratar de generar más riqueza.
Quizá sea por eso que este peculiar grupo de familias que tan sólo a duras penas logran llegar a fin de mes, con la luz enganchada de la calle, deudas en la tienda de la esquina o en la farmacia y cuya máxima inversión es el euro que sacan de vender una cabeza de ajos en la puerta de un supermercado jamás van a formar parte de lo que otros, que viven en la realidad paralela de Matrix, llaman economía. Ni falta que les hace mientras la banca sea el valor supremo al que acogerse. No es tarea fácil mostrar tanta desvergüenza, seguro que ensayan.
En eso te doy la razón. Yo antes me consideraba alguien de izquierda pero pensé en todo lo que estaba ocurriendo y lo que estaban haciendo, aunque quizá lo que me influyó más fueron los análisis y los comentarios de ciertos sectores aliados a la izquierda. Entonces me perdí. Al final llegué a la conclusión de que el 90% de la izquierda es gente que es fanática religiosa. Así que me alejé de todo eso. Un amigo que sí que era comunista convencido me llamaba anarcocapitalista y otro amigo me llamaba neoliberal. Sin embargo me alegra ver como hay gente en la izquierda que comparte mi punto de vista (o eso creo al menos). Por ejemplo Zizek, que llama a la desmovilización, al fin del activismo estúpido, a que las políticas de la izquierda son de otro siglo y los únicos que han evolucionado con Internet han sido los neoliberales y los grupos anárquicos. Que la socialdemocracia esta rota y está derivando a fascismos tanto de izquierdas (lobbys de lo políticamente correcto, SJW, etc) como de derechas.
En fin, realmente me gustaría hablar contigo por chat para desahogarme un poco, saber lo que piensas de ciertos temas. (Creo que) te he enviado un mensaje por XMPP, pero no estoy muy seguro. Si me dijeses una hora sería fetén.
Obviamente, si en esos aspectos basas tu argumentación, poco podemos debatir, porque partimos de enfoques y puntos de vista diametralmente opuestos, los cuáles, probablemente, deriven de nuestra forma de entender la realidad y de los colectivos con los que nos relacionemos.
El programa de la asignatura se fundamenta muy concretamente en aspectos que tienen mucho que ver con el modelo de consumo y de economía que nos tratan de imponer y en el que, las clases pobres y excluidas poco van a contar, ni ahora ni en la vida. Que se le haya otorgado el ‘privilegio’ de elaborarlo al Ministerio de Economía y a la CNMV,l con una referencia clara hacia las opiniones de la OCDE, ya debería ser suficiente argumento, cuando hay infinidad de grupos, asociaciones y activistas que abogan por otra forma de entender esta realidad.
Quien quiera que le eche un ojo al balance que hace la CNMV.
http://www.cnmv.es/DocPortal/Publicaciones/PlanEducacion/PlanEducacion13_17.pdf
Sobre lo de los protestantes y el catolicismo y que lo de invertir (como individuos, no como Estado) es de lo mas loable podríamos leer el ensayo más que conocido de Webber «La ética protestante y el espíritu del capitalismo».
Desde luego, al estado lo que le importa bien poco es invertir en armamento, lo de la educación y las becas ya veremos.
Pues yo opino que la asignatura es correcta. ¿O acaso no adolece este país de un analfabetismo económico abismal comparado con otros países de Europa? Me leí el temario y en ninguna parte pone que sea más importante pagar la hipoteca. Pone que es un gasto FIJO, cuya cuantía es a priori invariable y por eso lo separa de la alimentación y la ropa pues esos gastos pueden adaptarse a como tengamos los bolsillos todos los meses, es decir, son VARIABLES. Y por eso los agrupa en distintos lugares.
Luego lo de que es preferible invertir, forma parte de nuestra cultura católica el no-invertir. En los países protestantes, donde el dinero no se veía como algo malo, han conseguido abaratar universidades incluso.
Este es uno de esos paradigmas en los que la realidad supera a la ficción. Normal que uno tenga que ir hasta a investigar porque si no es increíble.Y hoy entra en vigor la «Ley Mordaza». Otro paradigma. ¡Qué asco de dictaduras! Uy, no, que estamos en democracia, es que se me olvida cada dos por tres.
No lo había comentado, pero me pareció acojonante este artículo. Indignante como pocos. Es más, fui al Ministerio de Educación a descargarme el temario y, efectivamente, es cierto que enseñan que la prioridad primera es pagar la hipoteca. Y que los bancos son tus amigos. Y que si tienes dinero, lo tienes que invertir.¡Joder, escuela de neoliberales! Lo que nos faltaba.
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