Hace poco más de un año falleció en Roma, sin aspavientos por parte de la prensa generalista, el cineasta argentino Fernando Birri. Reconocido como padre del nuevo cine latinoamericano su influencia en el cine social documental es reconocida en el mundo del celuloide. Fundador de varios institutos cinematográficos, su trayectoria no pasó desapercibida para el Festival Internacional de Cine de Innsbruck, que le concedió en 2010 un premio honorífico.
«Tire dié» fue su primera película, rodada sin apenas medios, con la ayuda de diferentes alumnos y alumnas de la escuela de cine, pero con un resultado que, a todas luces, ya preconizaba por dónde iría a discurrir el resto de su obra. El documental, cuyo título es un homónimo de la frase tire diez (tire diez centavos), nos muestra con tanta naturalidad como crudeza, la vida de los niños pobres de las afueras de Santa Fe, Argentina, que corren en paralelo a los trenes de cercanías pidiendo a los viajeros algunas monedas.