Como a una Sabina
raptaste mi pecho;
no hicieron falta gladios,
musculados torsos
ni la traición postrera
de Tarpeya
para expugnar sus muros,
pues tu inabarcable piélago es
el único ajuar
que porto en mis brazos.
Con tu escudo
aplastaste mi adentro,
abierto a ti, infinito
y casi eterno igual que el cosmos;
y nutrida tu cohorte con mi incondicional connivencia,
una vez arrebatada la galea
protectora inútil de la víscera del tórax,
residiste.
Sólo la mitad 😯 . Voy a tener que aplicarme más 😆 .
No sé lo que significan la mitad de las palabras… pero me gusta. Sigue así pequeño Góngora, llegarás lejos ;-P